viernes, 5 de junio de 2015

VINO


El vino afrutado de tu carne
hizo girar el mundo
sobre mi eje erecto
como un grito que pronuncia tu nombre,
que convoca tus manos y tu boca.
Estoy dependiendo de la memoria de ayer,
de la marea de tus ojos
cuando me descubriste
en el malecón de una sombra elocuente.
Quiero andar tu cuerpo
hasta que se acabe la distancia
y decidir entonces si regreso a tu boca
o encaro el precipicio
y me desnudo del tiempo que me queda.
Quiero mientras tanto
beberme tu piel
en copas de Murano
y brindar por quien no sabrá nunca
a qué sabe el vino afrutado de tu carne.


No hay comentarios: