lunes, 13 de abril de 2015

HUELE A BOSQUE




Huele a bosque tu vientre,
tu piel a flor de naranjo.
Toco el brocal de tu sexo
donde retumba la vida
como el bramido de un monte.
Allí el grito,
bajo el ramaje íntimo donde te encuentro,
donde  sola tú habitas
y se disuelve mi músculo de hombre
en un mar de vía láctea.
Huele a bosque tu cuerpo,
a arboleda,
a hierba entre los pechos,
a enredadera tu espalda,
a musgo de besos,
a flor los ojos sobre los labios.
Hueles a palabra,
a verso recién hecho,
a estrofa de gemidos
en la gótica hechura de tus piernas.
Hueles a todas las primaveras.

Yo sólo huelo a silencio.

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