sábado, 21 de febrero de 2015

TAN DE REPENTE

Es todo de repente.
Es inútil la lucha, la agonía.
Un instante separa la vida de la nada.
No vale la pena resistir.
Es mejor la entrega,
con una sonrisa, si es posible,
con un beso, si es posible,
con una caricia, si es posible.
Porque todo es de repente.
Se parte el mar en dos,
se dobla por la mitad un río,
se rompe como un olivo viejo
y se consuma el amor con el abismo.
No somos.
Recuerdo, tal vez,
hueco de almohada,
caricia oxidada
enredada en el sexo antiguo de una noche,
en los muslos perdidos entre sábanas,
en los pechos de un ayer erizado.
Es todo de repente.
Perdemos la mirada,
las manos llenas de caricias, pero sin tu piel,
olvidado el vientre que buscaba
la cúpula de tu vientre,
pisada la hierba central donde vivimos
tiempos erguidos como montes.
Se despeña la memoria
de repente
y queda la foto sepia
con una fecha sin fecha
porque ya no hay tiempo para el tiempo.
No vale la pena resistir.
Es mejor la entrega voluntaria

con una sonrisa, si es posible.

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