miércoles, 25 de febrero de 2015

EL SABOR DE MI CARNE




Mi carne sabe a distancia,
a zumo de olvido.
Si tocas mi piel con tus dientes
probarás su antigua madera de olivo.
Mi lengua a barro,
a río de tierra,
a mar de arena.
Te advierto que mi carne
ya no entiende la palabra de la luna
lluviosa entre tus piernas.
No sé si estamos a tiempo
de abrazarnos
y recuperar el último poema de la sangre.
Voy a poner en hora
el latido de los labios.
Que den el beso exacto
para que acudan las caricias
y salten a la comba de tus ojos.
Toca mi carne,
aunque sepa a distancia,
a zumo de olvido.


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