miércoles, 30 de julio de 2014

TEMPRANO





Es temprano.
Ni siquiera la hora de besarte.
El mar todavía no ha llegado a tus ojos
ni tienen tus labios arena de playa.
Es temprano.
A lo mejor el tiempo
se olvida de venir
y sigue siendo noche
y fracasa el intento de esperarte,
de encontrarte,
de pasear por la hierba de tu vientre,
de indagar tus grutas
para descifrar
la antigüedad de tu luna.
Es temprano.
Voy a pintar el molde de tu cuerpo,
a dibujar tu boca con mi lengua,
a ponerle caderas a tu sangre
para que desemboque entre mis manos.
Es temprano,
pero acércate poco a poco a mi piel
para que se acostumbren

tus labios a mis labios.
PENA, PENITA, PENA


Jaume Matas ingresó no hace mucho en la cárcel de Segovia. Fabra está condenado a ingresar. En Castellón los miembros de Partido Popular  anduvieron recogiendo firmas para que se le concediera el indulto. Daba pena que un hombre tan mayor tuviera que ir a la cárcel Pujalte y otros muchos políticos decían sentir pena ante un exministro y expresidente como Matas.

Un médico de 25 años y una luchadora por los derechos de los trabajadores fueron identificados como  posibles autores de un derramamiento de pintura en una piscina porque integraban  un piquete en la última huelga general. Nadie descubrió a ningún miembro del partido gobernante pidiendo un indulto para esos dos trabajadores malvados. No dieron pena a nadie. Las leyes están  para ser cumplidas y su infracción lleva acarreada una pena que hay que cumplir. El joven, Carlos Cano, con nombre cantante, con una María la Portuguesa en el pecho, permaneció unos días en prisión.  Esperan ahora que Gallardón, el moderado prehistórico, les conceda el indulto, aunque la verdadera preocupación del ministro sea la ocupación, la apropiación de úteros y vaginas para que el nasciturus venga al mundo y se entere de los que es pasar hambre o emigrar a Alemania con dos carreras y dos master a servir copas y salchichas de Frankfurt.

Artur Mas siente un dolor infinito, una pena inmensa, ante su padre político, padre que anduvo de parranda con Suiza y otras muchas amantes que le sacaban el dinero y le echaban una pócima en la copa para que siguiera teniendo tranquila su conciencia, limpia su oficina de cuatrocientos metros, dispuesto el coche oficial y tres secretarias para seguir dando lecciones de patriotismo desde la Avda. de Gracia y le recordaran que tenía que cobrar una pensión sustanciosa para regalarle chuches a los nietos.

Un artículo que debe ser necesariamente corto no puede seguir enumerando penas, penitas, penas porque se alargaría hasta el infinito. España está triste. ¿Qué tendrá España? Y los españolitos andamos por esta democracia nuestra como en viernes santo sevillano. Doloridos, llagados, desangrados de hambre, miseria, de sanidad colapsada, enseñanza recortada, dependencia machacada. De rodillas vamos en penitencia porque nos pesa la crisis en los hombros y se nos desangra el alma crucificada y no llega la Macarena guapa y la Triana morena de la recuperación, aunque dice Mariano que asoman por Sierpes y que todo va camino de la resurrección. Pero es mentira. Algunos se han escapado del dolor de la crisis-estafa y han aterrizado en paraísos fiscales donde el dinero tiene el valor supremo que corresponde a dioses vivos y no a esos que llenan las calles de cera resbaladiza donde se resbala fácilmente y se rompen tibias y peronés y tienen sillas de rueda para rato.

¿Vivimos en un país de ladrones?  Ni mucho menos. Vivimos en un país de gente sobradamente preparada que consigue guardar en secreto durante muchos años lo que muestran como triunfo de su trabajo o de su empresa como orgullo de lo conseguido. Y encima consiguen lo que no logra un ladrón de gallinas. La ley está para ser cumplida e inexorablemente el tironero debe estar encerrado por delincuente. Si al país le debes cien euros tienes un problema. Si le debes quinientos millones el problema lo tiene el país. Eso dicen de la banca. Y eso lo saben estos ladrones dignos de toda alabanza, respetables, con títulos nobiliarios o patrióticos. Pujol, Matas, Fabra, Infanta-Urdangarín dan pena. Son bienhechores y padres de la patria.  Es tan guapo él, tan rubia ella... Montoro llora por los rincones y concede amnistías fiscales para que legalicen su dinero y puedan presumir de un robo elegante con perfume chanel. Otra cosa es el fontanero que no cobró el IVA por un grifo que perdía o un retrete que dejaba la mierda a la vista de las visitas. Ese debe pagar porque Hacienda somos todos.

España está triste. He visto las aceras llenas de sillas de ruedas, de maletas que se fugan (como el dinero) a Suiza a servir cerveza fría, a niños con hambre, a jóvenes sin mañana, a parados sin esperanza, a estudiantes sin universidad, a viejos con cuatrocientos euros para un montón de bocas, a cadáveres rematados por hipotecas asesinas. Llorando todos. Porque da Pena Fabra, constructor de aeropuertos como regalo de Reyes para los nietos, y Matas condenado por una simpleza, por ná de ná (que diría Pujalte) Y Pujol que estuvo tan ocupado en hacer patria que no tuvo tiempo de traerse el dinero a la España que roba a los catalanes.

España está triste. No hay más que pena, penita, pena.


martes, 29 de julio de 2014

HUELE EL MAR






Huele el mar a ti
desde aquel día.
La arena  sabe a tu piel
y hay una escultura de tu cuerpo
en el molde de las olas.
Dibujada  en la espuma
regalando silueta
para que aprenda el mar
el perfume de tus ojos.
Hueles a mar,
a algas tu vientre,
a peces lorquianos  tus muslos.
Luna,  barquito de aliento.
Mar atado a tu cintura.
Mujer anclada en sus árboles de sal.


ME ENREDE



Me enredé en tu luna azul,
en esa zarza ardiente
donde nacen los dioses.
Luna anudada a mis labios,
a mi cuello,
a mis manos.
Luna azul doblada
como la última sábana
de la última noche.
Luna desnuda
entre los últimos dedos
de las manos últimas.
Porque todo era último.
La vida fué después de ti.
Después de ti, el mundo,
la alegría de los mares,
las mariposas de piel
y el amor de los peces.
No volveremos a ver la misma luna.
No tendrás mis huellas en tu espalda
ni habrá ríos de mi espuma por  tus muslos.
Alguien pintará en la hierba una tristeza opaca
y tú nombre será una lejanía azul
entre tus ojos azules.


lunes, 28 de julio de 2014

ABREME


Abre de par en par tu cuerpo.
Necesito respirarte.
Me aprieta la noche la garganta,
esta luz apagada
y este tiempo llagado de recuerdos.
Quiero explicarte las grietas
de mis ojos abiertos,
esta boca sajada en mi costado izquierdo,
como una lanzada previa
al descenso de mi sangre.
Abreme de par en par tu cuerpo.
Necesito un refugio
para tanta huida acumulada.
Me persigo y a punto de alcanzarme
tropiezo con la luna
y el viento denuncia
la evasión apátrida
de mí mismo.
Sólo me queda tu piel,
tierra última
para reposar

el cansancio de existir.

domingo, 27 de julio de 2014

SI MAÑANA



A lo mejor mañana es nunca,
y es escombro el futuro,
permanecerás tú
como un río maltratado.
No estaré seguramente
porque han roto los puentes
que me unían al tiempo.
Me coloqué por encima
de mi mismo
cuando puse en tus manos
una eternidad imposible.
Son blandos los relojes de Dalí
Y se desangra el tiempo
por las arterias del tiempo.
El mañana será nunca,
aunque tú permanezcas

y te nazcan mariposas en la boca.
ME AFERRO




Me aferro a la soledad,
a las raíces del silencio,
a la sombra, pura sombra
sin cuerpo que la proyecte.
A la nada me aferro,
a lo que queda cuando te vas,
a lo que está cuando no estás,
al olvido cuando se rompe tu memoria.
A los ojos entreabiertos,
cuando el beso,
a tus labios exigentes me aferro
cuando se lleva la tarde
la ternura del viento.
Me aferro a ti, centro del mundo
donde radico,
donde puedo existir
porque tú me sostienes.


sábado, 26 de julio de 2014

CABALLOS



Me nacen caballos en las manos,
caballos negros
que relinchan el nombre de mi sangre,
que trotan y levantan el polvo de la luz,
que rumian la hierba de mi piel.
Amo los caballos negros
arrancados a la noche,
sin lunas, sin estrellas,
para que puedan ser absolutamente negros.
No tengas miedo a mis caballos.
Han sitiado la tormenta que llevo entre las piernas
y regalan  margaritas videntes
que profetizan si me quieres , no me quieres.
No tengas miedo a mis caballos.
Saben el camino de tus ojos
y tienen patas flexibles
para arrodillarse en tu piel
y agradecer el abrazo de tus piernas
abiertas para abarcar
su galope de plumas en el aire.
No tengas miedo a mis caballos.
Son el viento oscuro
de mi cerebro a veces desbocado
cuando acercas las jacas de tus pechos,
los potros de tus labios
 buscando mi vientre mojado de ternura.
No tengas miedo a mis caballos.
Quieren beber tu aliento
y masticar las flores de tu pelo.
Vamos a cantarles una nana.
Que duerman y sueñen con la luna,
esa plaza infinita

de caballos azules.

jueves, 24 de julio de 2014

MAR




El pecho lleno de mares.
De olas y espumas vivo,
de caracolas con el eco
de tu nombre y tu voz.
Te has instalado,
como se instala el mar
en la sangre
y riega la piel de tu vientre
y eres primavera al sur de ti misma.
Lleno de mares,
planeta acuático
de tristezas azules,
de elegantes tristezas
y un perfume de recuerdos.
Tengo besos salados de arena,
de playas insatisfechas
por culpa de la marea baja
de las trece treinta y cinco.
Se marchó cuando el sol de sus ingles
llegaba a la cúpula de los árboles
y gemía el calor húmedo de la brisa.
Necesito el mar
alto como un monte
donde resuene tu voz
pronunciando mi nombre.
Se me fueron los mares
y soy sólo barro.
Necesito besos artesanales
y manos que configuren
el presente.
Después, pronto tal vez,
vendrá la muerte,
ese sueño permanente

tejiendo amaneceres.

miércoles, 23 de julio de 2014

ISLAS


¿De qué hablarán las islas
cuando toman conciencia
de su soledad absoluta?
Tierra encarcelada
por la espuma.
Cintura apretada
por el mar, tal vez macho,
celoso, tal vez.
Isla. Unidad única.
Unica existencia.
Para qué la palabra.
Tal vez el eco alcance
a otra isla
y venga  devuelto
desde la única unidad
de otra isla.
De qué habla la absoluta soledad
con la soledad absoluta del otro?
Ahí estamos
y somos,
buscándonos,
pero en lejana lejanía,
muro de espuma el mar,
tejiendo distancia,
imponiendo la sola soledad.
No responden los mapas
a la pregunta de la tierra que somos
sin compañía,
a esta conciencia
de ser soledad sola,
absoluta,
definitiva.
Orilla total
cerrada sobre sí misma,
cuerpo de barro sólo,
distante,
definitivamente hermético
para que sea imposible el otro
y seamos pasión,
sufrimiento
frustrado encuentro,
inalcanzable abrazo.
Imposible el sueño entre nosotros.
Somos islas.
Definitivamente islas.



CIERTOS EMPRESARIOS


Ciertos empresarios, los grandes sobre todo, tienen mentalidad de comedor de caritas, de dispensadores de beneficencia, de almas generosas preocupadas la  existencia glamurosa de la clase trabajadora. Parecen sentirse comedores sociales, sostenedores indispensables de la marcha de un país, a quienes todos debemos la gratitud de su existencia. Porque ellos son los que realmente cargan la historia sobre sus hombros, mientras que los demás son costaleros pagados cuya obligación ineludible es darle elegancia a la “mecida”  de la sociedad. “Le doy de comer a trescientas familias”  Y revelan la incapacidad mental de pensar que son los integrantes de trescientas familias los que le dan la vida de lujo que lleva el empresario. Hay quien tiene el antojo de coleccionar coches antiguos de lujo, lujo que le proporcionan sus empleados y lo que gana a costa de su trabajo. No obstante esta evidencia, Arturo Fernández, el presidente de la patronal madrileña, paga en negro a sus obreros y debe “a mucha honra” cantidades importantes a la Seguridad Social. Pero sigue manteniendo la grandeza de su vida sobre la tranquilidad de que le da de comer a muchos trabajadores. Otros cobran sueldos a través de empresas superpuestas creadas ad hoc sueldos no estipulados y declaran que tienen la conciencia tranquila. Qué miedo me dan las conciencias tranquilas.  Se escudan en que son muchos los que utilizan esos medios para cotizar menos cobrando a través de ellas cantidades importantes.

Ultimamente, y gracias a la reforma laboral del gobierno de Rajoy y la lúcida visión de Fátima Báñez, los empresarios pueden cambiar los turnos de trabajo, despedir a su antojo, reducir sueldos a su conveniencia y coronarse como motores indispensables de la economía del país. Y si un trabajador tiene que irse a Laponia debe irse porque así lo piensan los empresarios. Y si para ganar más hay que suprimir las ayudas al paro, bajar el sueldo mínimo interprofesional u ofrecer salarios de hambre, pues se le exige al gobierno arrodillado y Rajoy exclama que aquí está la esclava del señor. Y el chantaje está colgado en cada curriculum que llega a sus manos: este salario, este horario y si no lo quiere tengo cola esperando en la puerta. Su dignidad obrera me cuelga en la entrepierna y por ahí va y viene. Y el hambre, los tres hijos, la mujer en paro y la hipoteca se arrodillan y se someten mordiéndose la vida y tragando la humillación amarga  que escuece en los adentros.

Y a los parados, dice la patronal, que hay que quitarles las ayudas porque los parados están contentos con serlo y  como reyes con cuatrocientos euros. Y que el hambre infantil se da porque siempre ha habido niños con hambre y la prueban las palabras sacrílegas de Rafael Hernando asegurando que los niños no comen porque sus padres se gastan el dinero en otras cosas. Y los millones de jóvenes sin empleo que se vayan a Europa, que es como trabajar en su propia casa según Pons, o que experimenten las ventajas de la movilidad exterior de dice Fátima Báñez, a el espíritu aventurero que llevan dentro.

Y Rossell insiste: Los padres que tienen un trabajo fijo deberían retirarse y dejar el puesto a sus hijos. Es la mejor forma y más rápida de crear empleo. Eso sí, “hay que recortar los derechos de los contratos fijos de los padres para compensar los temporales de los hijos”  Porque en el fondo nadie se explica por qué los trabajadores deben tener derechos. Si no tienen dinero, si no son grandes empresarios, si no disfrutan de yate en vacaciones ni saben manejar los cubiertos del pescado, no hay motivo alguno que les haga acreedores de derechos. Eso sólo pertenece a la casta de los poderosos. Rajoy lo sabe y por eso les pone alfombra roja cuando van a la Moncloa y asegura sin rubor que el estado de bienestar es más universal que nunca. Y Montoro dice que los datos de Caritas y otras ONG son mentira  porque, como le ha informado Marhuenda, las ONG están formadas por niñatos pijos, ricos, aburridos y de izquierda que entretienen su tiempo en denunciar injusticias inexistentes. Y Pablo Iglesias es un comunista con rabo y cuernos, como cuando Franco, como cuando la URSS, como cuando Hitler que diría la Condesa de sangre azul, Esperanza Aguirre, esa sexagenaria que sólo tiene derechos.


Rossell, ese emperador de la patronal, es un visionario y está acompañado por muchos grandes empresarios. Faltan algunos que están en la cárcel o imputados por delitos flagrantes. 
VAMOS A CONJUGAR





Quiero conjugar los verbos como entonces.
¿Sabías que las rosas se declinan?
Recuerda: rosa, rosae, rosae…
Nominativo, genitivo, dativo.
Varias veces por semana
deshojábamos las rosas
y al final de curso
eras un rosal sobresaliente.
Yo empecé a conjugar
amo, amas, amare,
y se me rompía con frecuencia el corazón.
He vuelto al pupitre,
a los folios,
a la pluma estilográfica
y he tenido tus labios
a seis metros de distancia.
He sentido tu carne entre mis ojos,
cuando era entonces el entonces
y escondías tus pechos con la carpeta azul.
He regresado a mí mismo
tal vez para encontrarme,
para encontrarte, sin duda,
para pedirte que vengas el domingo
a estudiar los verbos irregulares
y besarnos con el rubor colegial
y recitar tus muslos
antes de que mamá
entrara de repente por la puerta.
He regresado a ti para encontrarme
porque no sé si alguien te dijo
que me fui olvidando de mí por las esquinas
y no recuerdo las calles, tantas calle,
donde abandoné mi texto de latín
y no encuentro las rosas declinadas,
no sé si es regular o irregular el verbo amar.
Volver a ti para volver a mí.
Empezar si es posible al lado de tu pelo,
a la orilla de tu piel,
al borde de tu boca
a declinar,
a conjugar
para rehacer la primavera
y averiguar si todavía es posible el subjuntivo
que expresaba deseo, según decía el profesor.
Acerca tu pupitre.
Vamos a abrir la vida,
a aprenderla,
a forrar los libros
para que no se estropeen
los esqueletos de las rosas
entre las hojas muertas.
Cúbreme con las rosas que te sobren,
quiéreme como entonces
aunque yo sea tan sólo
una lengua muerta y enterrada.



martes, 22 de julio de 2014

A LA ORILLA



A la orilla de tu boca.
Tengo la distancia en los talones,
la ausencia
y esta necesidad de permanencia
a la orilla de tu boca.
Los ríos desembocan en mis manos,
en mis labios,
en estos mares azules
a la orilla de tu boca.
Existo en ti,
en tu piel.
En tu vientre nazco,
barro entre tus pechos,
quehacer artesanal de tu carne soy.
Tiempo me haces,
me das forma,
mi alma espuma de tu saliva,
hombre
a la orilla de tu boca.


domingo, 20 de julio de 2014

PARA ENCONTRARTE






Pregunté por tu calle. Fui dando las señas que imaginaba. Habría seguramente flores en las rejas. Jazmines y geranios. Limoneros en las aceras. Una fuente en la esquina donde la luna descansaba de noche. Serían grandes los ventanales para que la luz encontrara el camino de tu cama. Y persianas verdes para ocultar tu cuerpo desnudo en las noches de verano.
Pregunté por tu calle, pero nadie sabía. Sospeché que la conocían todos y lo ocultaban. Un pacto de silencio. Un secreto guardado para que yo no sospechara. Una ocultación caritativa para ahorrarme ese dolor que embiste las ingles y acierta con las femorales de la vida.
Pregunté por tu calle. Mujeres de faldas anchas con cántaros en las caderas. Hombres de boina sudada con olor a pastos. Niños pelotas de trapo pisando la hierba verde. Chavalas de quince acunando muñecas, pero mirando de reojo las entrepiernas de los juveniles del pueblo.
Nadie sabía de una calle con jazmines y geranios, con limoneros en las aceras, con persianas que disimularan tu desnudez sudorosa. Busqué entonces al abuelo de siempre. Todos los pueblos tienen un abuelo, como un monumento, una condecoración, una raíz que hundida en el pasado. Fumaba despacio. Miraba a ninguna parte. Buscaba las palabras que no quería pronunciar. Y al final soltó la verdad como quien expectora sangre y asusta a su mujer de siempre.
-Hace mucho que no existe esa calle. Hubo un tiempo de jazmines, geranios y limoneros. Pero nadie la recuerda. Y los que la recuerdan callan porque las calles duelen cuando de alejan y hay que guardarles luto como cuando se muere alguien. Siguió fumando despacio. Se levantó. Se acomodó la boina y se fue lentamente a comer con la mujer del pañuelo, del refajo, de las medias gordas a la que nunca vio desnuda del todo. Para hacer seis hijos bastaba abrir las piernas y no hacía falta más porque él sabía el camino
Pedí una copa en el bar. Me olía el pueblo a flores, a limoneros, a persianas verdes. Necesitaba beber para recordar. Para recordarte cómo eras entonces, cuando había calle, cuando estaban vivos los ventanales y la luz llegaba hasta tu cama. Me sabían los labios a caricias, a ingles mis manos, a caderas mis caderas. A ese centro de lunas abiertas como magnolias, a silencios, a palabras, a promesas, a infidelidad atractiva, al vértigo de quererte sin deber quererte, al estremecimiento de sentirte en mí como una tierra independizada de ataduras y promesas de eternidad sin sentido.

Bebí para recordar que hubo una calle, con jazmines y geranios, con persianas que disimulaban nuestra desnudez compartida, nuestros cuerpos fundidos, nuestras grietas abiertas para regalarte mi luz y apropiarme tus ojos. Le hablé al vino de ti. Estabas en el fondo del vaso como una fruta, desnuda como un río, húmeda como un monte de cristal.
SE ROMPE


Se rompe cada noche
tu piel dibujada en el agua.
Se ahoga el beso
en la húmeda hierba
de mi boca.
Se hace arena
el barro de tu carne
entre mis manos.
Queda tu ausencia
escrita en el folio
del niño que perdí definitivamente.
Te quiero pequeña,
niña te necesito.
Trenzas y margaritas,
ojos azules,
pechos colegiales escondidos
bajo el jersey del uniforme.
Me estoy olvidando de mí mismo
y no sabré nunca
por qué se me rompe cada noche
tu piel dibujada en el agua.


sábado, 19 de julio de 2014

AMANECER EN TI


Amanecer en ti,
entre tus montes
y guardar tu luna
entre mis labios.
Desde la trinchera de tu piel
decidir la vida,
clasificar los caminos,
la lágrimas tal vez.
Porque en el fondo ignoro
para qué amanezco,
para qué el amor
que escuece, que duele,
que nunca cicatriza.
Amanecer en ti
y preguntar quién eres
y tocar el misterio,
la oscuridad que llevas,
el vértigo que te constituye
como un hijo en las entrañas.
Amanecer en ti
es ir haciendo noche,
es atardecer en ti.
Mañana y noche tú.
Pero te amo así,
mujer hondura,
precipicio,
preñada como un río
sembrado de nostalgia.


viernes, 18 de julio de 2014

BONO TIENE MIEDO


José Bono es un viejo político. Todos están de acuerdo. Socialista, dicen. Y en eso hay muchas discrepancias. Aspiró a todo y consiguió algunas metas: Presidente de Castilla La Mancha durante muchos años. Llegó incluso a ser lo que asegura no quiso ser nunca. Por ejemplo, ministro, presidente del Congreso de los Diputados. Por el contrario no consiguió alcanzar lo que se propuso: secretario general del Partido Socialista y candidato a la presidencia del gobierno. Lleva por tanto dentro de sí las contradicciones más lacerantes. Quiso ser lo que nunca fue. Y fue lo que nunca quiso. Y de ahí su ambigüedad en todos los órdenes de la vida. Socialista muy cercano a postulados retrógrados de la Iglesia católica (no confundir con cristianismo), a doctrinas medievales del “progresista” Gallardón, de Aznar, de Rajoy. Defensor incluso de pactos entre los dueños del bipartidismo para mayor gloria de la patria. Nacionalista español, muy español de puro nacionalista y por ende frontalmente situado frente a otro tipo de nacionalismos.

Pablo Iglesias es un político (¿habría que denominarlo anti político en el sentido clásico del término?),  joven, coleta actual con antigüedad desde lo quince años, camisa remangada de Alcampo (una ofensa para los de Tucci, perfume Paco Rabanne y gemelos de oro), profesor universitario, rostro en paz consigo mismo, escasa gestualidad y un hervidero de verdades insoportable como todas las verdades. Un dios minúsculo ante el que se ha postrado una parte importante de votos en las elecciones al Parlamento europeo. Cinco parlamentarios, cinco, como los anunciados en un cartel bravo. Habló de desahucios, de hambre infantil, de la desesperanza de lograr el primer empleo y de la angustia de conseguir el último, de una economía que convierte al mundo obrero en un campo de concentración donde hay que dejarse violar por un mendrugo de pan, de pensiones miserables, de derechos arrasados, de emigración vergonzante, de inmigración pasada por cuchillas desgarradoras que abren en dos la piel del hambre.

El 17 de Julio José Bono estuvo en el programa “Al Rojo Vivo”. Enfrente, Pablo Iglesias. Y Bono, expresidente de una cosa, exministro, expresidente de otra, cosa confesó lo inconfesable para alguien que fue perseguido por un Franco que disparaba en la nunca, soplaba el cañón de su pistola, se la entregaba al edecán de turno y se comía una langosta porque las muertes en una dictadura se recompensan con langosta. José Bono confesó que tenía miedo. Miedo de un muchacho joven, con camisa de Alcampo y coleta creo que rubia desde los quince años. Y le acusó de sembrar odio y de que la sociedad sintiera, como él, miedo al escucharle. Y le dijo alto y claro que los socialistas que habían votado al joven profesor los había hecho por error, que no se habían dado cuenta o a lo peor, digo yo, lo votaron por miedo, por el susto que provoca oír hablar de hambre, de miseria, de potencia bancaria, de primacía del dinero sobre la política. Pobres socialistas errados votando a alguien que usa colonia nenuco y se remanga la camisa porque tiene los puños rozados.

No voy a desvelar aquí si Pedro Sánchez es más guapo que Pablo Iglesias. Me lo prohíbe mi heterosexualidad ideológica. Confieso que critico abiertamente a Rajoy y que Gallardón me repugna por expropiador de úteros y vaginas, por usurpador de derechos femeninos, por pirata y parche en el ojo cuando de robar la independencia de la mujer frente al autoritarismo masculino se trata. Y como ellos, de todos los que dicen que la recuperación va sobre ruedas mientras lo chavalines cambian una pelota por un vaso de leche, mientras las madres lloran porque no tienen un pedazo de paz para la cena de una niña sin derechos a una muñeca. Y me opongo a los que dicen que se está creando empleo, a los que afirman que el estado de bienestar funciona mejor que nunca y a un Marhuenda que asegura que las ONG son el refugio de jóvenes pijos, de izquierdas, con dinero y aburridos.

No me da miedo ni Pablo Iglesias ni su mensaje. No admito que esté sembrando el odio en la sociedad. Me da miedo el futuro de los jóvenes, de la investigación, de los albañiles, los mecánicos. Me da miedo el porvenir sin futuro de muchos españoles más preocupados por la cola del paro que por la independencia de Cataluña. Me dan miedo los empresarios que suprimen el sueldo mínimo interprofesional, que exigen el despido sin indemnización, que están en la cárcel por robar, que le dicen al obrero que cuatrocientos euros por ocho horas por siete días o que hay cientos esperando. Me dan miedo las Aguirres, los Florianos, las Cospedales.

Incluso me da miedo un poco de miedo José Bono.


NO SE SI LLEGARE





No sé si llegaré a tiempo
a mi cita con la muerte
o tendré que atrasarla
para terminar de hacer el mar.
Tengo incompleto el corazón
y no han dicho mis labios
su última palabra.
Los relojes nunca son puntuales.
Son sólo costumbre, rutina
que rompe la vida
de quienes miramos la muñeca
y creemos que la muerte
siempre llega a tiempo.
Tengo que terminar el mundo
y envolverlo y regalártelo
para que podes los rosales
y te siembres magnolias en tus pechos.
Tengo que recoger mis recuerdos,
la hechura de tu carne
y la gótica ojiva de tu luna.
Guardar los atardeceres
y empaquetar la memoria de tu piel.
A lo mejor después cito a la muerte
y quedamos al final de la calle
como cuando tú  me esperabas.
Y la muerte eres tú
y me duermo en tu vientre
como en aquellas noches
de cansancio infinito,
de amor infinito,
de caricias soñando

el cielo de tu boca.

jueves, 17 de julio de 2014

ESPERANDO


Me estoy esperando
por si llego a tiempo
a mi propia realidad.
Llevo a lo mejor retraso
y no llego a tiempo
para el encuentro conmigo.
A lo mejor tengo que irme
sin verme,
sin encontrarme,
sin saberme.
Puedo perderme,
olvidar mi dirección
y no tener a quien preguntar
por una vida perdida.
Tal vez nadie sepa
indicarme dónde vivo,
si es que vivo,
porque no estoy seguro
de mí,
de nadie,
de nada.
Tal vez ni siquiera me espero,
y es a otro a quien aguardo,
a ti, por ejemplo,
que me prometiste
llevarme siempre de la mano
no sé a dónde,
no sabes a dónde
porque ninguno sabemos
con exactitud
si estamos al final
o al principio de lo imposible.
No me preocupa
si no llego a mí mismo
si consigo llegar a tus ojos,
mirarme en ti,
en ti quedarme
como estación definitiva.
Espérame.
Falta poco para vaciarme
y llenarme de ti
y sentirme completo
como el mar,
como la conciencia del mar.


miércoles, 16 de julio de 2014

NOMBRAR



Quiero ponerle nombre a la sangre.
Llamarla como se llama al viento.
Que se acerque cuando pronuncio su nombre.
Tú eres sangre y a veces necesito
que estés presente,
que seas testigo
de que respiro tu ausencia,
de que arrastro tu ausencia
como arrastro mi sombra.
Abro las ventanas del agua,
pero no llegas.
Abro el grito,
pero no respondes.
A lo mejor no existes
y eres sólo el invento
de mi fe en la vida
y te creo y te recreo
para entretener el corazón
mientras llega la muerte.
Si acercas tu sangre a mi sangre,
habré conseguido la paz
entre la vida y mi vida.


martes, 15 de julio de 2014

LA PIEL DEL AGUA




Abro la piel del agua
para buscar tu piel.
El agua tiene siempre flores dentro
y caminos
y esquinas con besos escondidos.
Hay jardines dentro de cada gota
y árboles tatuados con nombres.
Busco tus labios
marcados en el tronco,
los labios que olvidaste
una tarde con la espalda apoyada
en los ramales,
mientras yo descubría
la belleza del mundo.
La piel del agua
plagiando tus brazos,
tus piernas,
tu vientre.
La piel del agua
que lloverá mi muerte
cuando te sueñe
más allá de la luna.
La piel del agua.
Tu piel.



lunes, 14 de julio de 2014

LA PRIMERA VEZ




Resulta a veces difícil encontrar el tiempo del verbo que agote el contenido de lo que uno quiere expresar. Pasé la noche conjugando el verbo querer. La vería a la mañana siguiente y estaba decidido.

-“Te he querido desde hace mucho tiempo.”
-“Te querré siempre”
-“Te quiero ahora mismo”

Nada era exacto porque a todo podría replicarme.

-¿Por qué has esperado hasta ahora?
-No estés seguro de que me querrás siempre. El amor es  agua que se escapa a veces por las grietas de la rutina.
-¿Te quiero ahora?  ¿Por qué te ha costado expresar el presente?

Era difícil declarar el amor. Como si fuera humo, espuma, nube de algodón. Nos encontraríamos  a la hora del café. Le había prometido una sorpresa y no podía faltar a mi palabra. A lo mejor radicaba ahí mi posibilidad de decir. Convertir todo en sorpresa.

Hacía tiempo que había dejado el tabaco, pero esa mañana…El humo era cómplice del silencio. Eran bocanadas de silencio. Lo necesitaba, aunque me sabía amargo. Echamos a andar. Por primera vez tomé su cintura. Por primera vez puse mi mano en su hombro. Por primera vez debió sentir mis dedos en su pecho izquierdo. Por primera vez distinguí el tacto del sujetador y el de su piel bajo la blusa. Por primera vez noté el rubor de sus labios. Por primera vez la apreté contra mi cuerpo. Por primera vez me encerré en el cielo de su boca. Por primera vez su calor y mi calor.

Agradecimos la estrechez del ascensor. Agradecimos el teléfono descolgado. Agradecimos el calor que  obligaba a ropa fresca. Agradecimos el invento de las cremalleras rápidas. Agradecimos el velcro que cedía fácilmente. Agradecimos la moda mínima interior que permitía un adelanto de realidades posteriores.


Por primera vez nos vimos desnudos en un jardín de manzanas, de hierba con rocío de mujer. Por primera vez su pelo, sus ojos entreabiertos. Por primera vez existía una luna brillante de amapolas. Por primera vez su vientre. Por primera vez sus muslos. Por primera vez toda su piel en mi piel. Por primera vez su carne en mi carne. Por primera vez mis columnas sosteniendo las bóvedas de su cuerpo.

Sin verbos conjugados. Sin palabras buscadas. Sin escenas ensayadas. Fue la primera vez. El ayer. El siempre. El nunca.


sábado, 12 de julio de 2014

LA DUCHA



-¿Te duchas conmigo?

Me hizo la pregunta con la misma naturalidad con que me preguntó si me gustaba el café.

Nos habíamos conocido una tarde lluviosa de mayo. Rubia de pelo largo trenzado de margaritas. Frágil como un junco. Alma fuerte como un río de pie. Su alma fuerte la descubrí más tarde, cuando el dolor le retorció la vida como un olivo.

La lluvia apareció como una sorpresa. Debajo de un paraguas están más cerca los labios. Pero me faltó coraje. Besar es una lucha común, no una rendición. Y ella no miraba mi boca sino mis ojos. Caminamos sin prisas, brindándole una oportunidad al gua que se colaba por su blusa transparente.

-¿Te gusta el café?

Me hizo la pregunta con la misma naturalidad con que me preguntó si me duchaba con ella. Parecían situaciones intercambiables. Desabrochó la blusa empapada, la falda empapada. Abrí la cremallera de mi pantalón y sentí que el alma se me partía en dos. Terminó de desnudarse bajo el chorro cálido de la ducha. Me ofreció el gel y me dijo que le resultaba incomprensible que los humanos tuviéramos los brazos tan cortos. Es imposible –dijo- enjabonarse la espalda. El cuerpo humano no es justo. Y yo aproveché la injusticia del creador para acariciar aquel mapa hermoso de piel desde su nuca hasta los bellos planetas de sus nalgas. Ella deslizó sus manos de espuma sobre mis omóplatos y las perdió cintura abajo. Estábamos  de repente frente a frente. Estrechamos el espacio vital para que un solo chorro nos purificara a los dos. Y se encontraron los cuerpos. Poco a poco se fueron conociendo, extrañándose menos uno del otro, hasta hacer tacto del contacto, caricia de la cercanía, fusión de la proximidad. Me crucificaban sus pechos y yo lanceaba su vientre. Y el agua nos fue envolviendo en una cálida toalla de vaho.

Agradecí la lluvia de mayo. Me alegré del viento que inutilizaba el paraguas. Me alegré de no haber tenido el coraje de besarla. Me alegré de la imperfección del ser  humano, de tener unos brazos cortos que no permitían esparcir el gel en la longitud de la espalda. Me alegré de su cuerpo desnudo, de la embestida de sus pechos, de las lanzas clavadas en su alegría. Me alegré de existir porque ella existía.

-¿Otro café?

Me hizo la pregunta con la misma naturalidad con que me preguntó si me duchaba con ella.



NACER DE TI






Nazco de ti,
del agua de tu vientre
como una flor de loto.
En tu voz me engendras
soy palabra y eco de ti.
Mi sangre copia  tu sangre,
sombra de tu luna,
luna donde entro
en sueños,
en ansias,
en esperanza
cada noche.
Camino el puente que va
de tus labios a tus labios
haciéndome beso
de tu lengua creadora
de senderos húmedos,
de caricias
de hierba recién cortada.
Suelo soy de tu carne
por donde fluye el río que concibes
y desemboca
en tu plaza de amapolas,
alfombrada de musgo nacido
a la sombra de tus ingles.
Nazco en ti,
en ti desemboco.
En tu centro,
el mar infinito de tus ojos,
tu piel de arena,
el puente colgante de tus pechos
goteados de luz
alimentando peces y arco iris
y algas  de ternura.
No quiero desprenderme
de tu calor amniótico,
de la tibieza confortable de tu boca.
Déjame nacer poco a poco
como la flor de loto
en el agua de tu vientre.