viernes, 7 de noviembre de 2014


MI MUNDO


Mi mundo, tú,
sin terminar
porque Dios descansó antes de tiempo.
Te dejó inconclusa.
Eras sólo un puñado de barro original,
y tenían mis manos la misión de pensarte,
de dibujar tu carne
tu luz de tierra,
tu madera tallada de venas azules.
Mi mundo tú, incompleto,
para que terminara tus labios,
completara tus montes,
camino abierto hacia la plaza de tu vientre.
Para que abriera la vida
y plantara en ti las raíces del árbol que me late
y supiera la luna su destino.
Me encargó que fuera alfarero de tu piel
y publicara en cada poro las caricias
para que alguien bebiera la ternura
que destilan tus pechos
por el simple relieve de existir.
Comienzas en mi aliento
como destino delegado
de un Dios que descansó antes de tiempo
y te dejó inconclusa

como un abrazo a media noche.

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