martes, 7 de octubre de 2014

PRESIENTO



Presiento la risa de las piedras,
el sexo colgante de los puentes,
aullidos de  amapolas menstruadas,
el crujir de los mares que se rompen.
Presiento el tiempo agonizando,
boca arriba, definitiva postura
para embalsamar minutos
que perduren con una eternidad acartonada.
Presiento los tragos amargos de esa finitud
que nos devuelve al barro deshidratado
para hacer imposible la piel resucitada,
la luz enamorada de la carne,
para que acostumbremos la memoria  
a la soledad absoluta del olvido.
Presiento las espaldas de la muerte,
estériles como los muros de una vieja conciencia
erigida entre  labios y  cuerpos,
convirtiendo las ingles en fronteras enemigas.
Presiento un diluvio de distancias
para evitar la coincidencia de los besos,
para derrumbar el roce de los cuerpos
en noches infinitas.
Presiento el desencuentro que argumenta
que nunca has existido,

que no he existido nunca.

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