jueves, 18 de septiembre de 2014

SIENTO A VECES


Pierdo a veces tu nombre
como pierdo entre los árboles una primavera.
Entonces la memoria
es un río de lava
que purifica el camino
y me regresa a tus costas.
A veces me extravío
y no alcanzas
la orilla de mis labios.
Siento a veces tu cuerpo
recostado en mis ojos
como un sauce cansado
de recuerdos sin tiempo.
Echo a veces de menos
los amaneceres de tu piel,
los jardines de tu luna,
los ocasos ocultos en tu pelo.
Atame a tu nombre,
a tu columna de ternura sin vértebras de hueso
donde enlazas el triunfo de la caricia,
donde quiero existir
cuando sea imposible mi existencia.
Recupérame entonces,
sobrevíveme.
Déjame que recueste en tus ojos
mi cuerpo como un sauce cansado
de recuerdos sin tiempo.


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