martes, 1 de julio de 2014

NO SE SI BRINDAR



No sé si brindar con ese vino amargo
que rezuma tu boca
las noches de lunas desangradas.
Tienen todos los árboles
sus copas levantadas
esperando la lluvia de tu carne,
la brisa de tu sexo
para romper la piel de la alegría
y poner caracolas en el vientre del mar.
No sé si llenar las grietas hasta el borde
donde todo limita con lo que nunca fue,
con lo que imaginó la distancia
cuando no era  distancia
y pudimos mirarnos
como mira el agua al agua.
No sé si brindar
con el cuenco de las manos
llenos de ti, de mí,
de labios reconstruidos,
de pechos recién hechos
para que la noche pueda
desnudarse como una amante
entre sábanas de miel.
Pero brindo, libre del miedo de otros ojos
que no entenderán nunca
la altura de tu mano
sosteniendo el vino amargo

de lunas desangradas.

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