jueves, 12 de junio de 2014

HAY CALLE


Todavía hay calle
para andarnos,
para hacernos camino.
Tú de mí,
yo de ti.
Todavía hay luz
para mirarnos los labios,
para tapar el frío
y encender los candiles
de los pechos.
Todavía hay palomas
debajo de la piel
para cuajar caracolas
y regalarte el mar.
Todavía tenemos
lo que perdimos
aquella tarde
de gemidos.
Todavía podemos
lo que no pudimos.
Todavía es entonces,
ayer,
cuando éramos  palabra,
ecos de silencio,
todo y nada,
pero sabíamos
permanecer en el beso.
Venimos
desde donde no viene nadie.
Y estamos aquí
como un viento perdido
que busca su nombre
en los árboles últimos
de cualquier invierno.


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