jueves, 1 de mayo de 2014

SOMBRA


Fue la voz de tu sombra
tocando la sombra de mi voz
como  tu piel mi piel.
Silencio tú,
que sigues mi cuerpo
y duplicas
el perfil de mi existencia.
Me llamas y me voy haciendo poco a poco
como la primavera se hace en los cerezos.
Sin prisas.
Como el eco
que llega a hasta el monte
y lo engendra la luz para nombrarte.
No sé si te sigo o tú me sigues.
No importa.
Gozo la unidad que somos,
acepto en mí tu cuerpo
ejerciendo de imán,
que dentro de ti me hace
ritmo, canción, poema,
lo que nunca he sido
porque sólo tú me admites
dentro de tu sangre,
ahondando tu sexo,
haciéndome sombra interior de tu carne,
en tus raíces
regadas de sudor de cuerpo.
Sombra que me acoges,
que me amparas,
me refugias
en el arco sagrado de tus ingles,
en la humedad amniótica de tu piel.
Sombra yo de ti.
Sombra tú de mí.

Sólo sombras.

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