domingo, 18 de mayo de 2014

NOCHE


Arde la luna entre tus piernas.
Una combustión que exige
la lluvia incandescente y luminosa
de mi piel entregada.
Estoy ante ti,
río elástico que repta
por la oscura yedra de tu vientre.
Frente a ti
mi noche invertebrada, pero sólida,
como un grito estrellado contra un monte.
Es la noche anochecida
de labios entreabiertos,
de ojos cerrados
para sentir el interior de cada beso.
Y el fuego arrasando los pinares
de tu cordillera íntima.
donde anidan los pájaros barítonos
cantando mariposas.
Luna ardiente,
de cenizas azules,
pero luna,
llama abierta
exigiendo ese chorro de luz que te regalo,
géiser invertido en tu jardín sediento.


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