miércoles, 16 de abril de 2014

INFINITA


Eres infinita.
Sólo cabes en un beso.
Le hago un hueco a tu piel
en mis manos
y te duermes, fetal,
entre mis dedos.
Cubres la equidistancia
entreabierta de mis labios
y cabe tu lengua
en la breve lejanía de mis dientes.
Infinito
el paisaje de tu vientre
para estas raíces que se hunden
y beben de tu río.
Infinita
esta noche de luna diminuta,
dormida entre mis manos
que abarcan toda la melancolía
de tus pechos
olvidados con un olvido consciente.
Infinitas
tus huellas
marcadas en mi carne,
en mi almohada
con un metal incandescente,
con un fuego pequeño de cerilla.
Infinita te quiero
porque sólo infinita
me cabes en un beso.


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