miércoles, 23 de abril de 2014

ESA MUERTE


No sé a qué distancia estoy de mi muerte,
de esa desmemoriada memoria,
de ese olvido de ti,
de mí,
de todo.
Será sombra la luz.
Será más sombra la sombra,
Y será ausencia
la  presencia más cercana.
Pero no sentiré la  tragedia
porque un olvido infinito
es un recuerdo de nada.
Será un agua limpia la añoranza
cuando toque tus huellas
escondidas debajo de mi piel,
entre las uñas, como en aquellas noches.
Nadie sabrá si registra mi equipaje
si renuncié a los jardines de tus ojos,
si escondí tus besos
en el cielo de mi boca,
si guardé entre mis huesos
la ternura de tu carne.
No sé a qué distancia estoy de mi muerte.
Mi nombre se borrará del viento.
Me expedirán un carné de ADN,
registrarán mis dientes,
publicarán los forenses
que mi pelvis alojó tus caderas,
que entre fémur y fémur
el amor se hizo carne enamorada.
Con el tiempo seré una foto sepia
y alguien preguntará si fui tu amante
y tú te acordarás de aquel desorden
de sábanas mojadas de locura.
 Pero a lo mejor me niegas
mientras sientes mis manos en tus pechos
y recuerdas mis dedos en tu pelo
y siembro tu vientre de besos.
No sé a qué distancia estoy de mi muerte.
Pero siento el atractivo de unas rosas
dejadas en tu nombre
sobre un olvido blanco.


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