domingo, 2 de marzo de 2014

LA ULTIMA CENA



Partí en dos la palabra
y puse un muro de vino
en su cintura quebrada.
Cada uno masticó su soledad infinita,
la distancia crecida,
la lejanía aumentada.
Tú yo vamos llenos
de palabras rotas,
de palabras partidas
y no sabemos conjugar los verbos,
los tiempos pasados
que no serán presente.
Llevo la mitad de esa palabra
clavada en el  estómago
como un testamento de jugos amargos
desde aquella cena última
con el pan partido, repartido,
palabra rasgada en dos mitades,
jirones de aliento entre las manos.
Ultima cena. Penúltima tal vez.
Añoro aquella mesa, aquella noche,
pan caliente como un vientre enamorado,
vino convertido en sangre herida,
palabra partida que suprime
la longitud del muro oscuro
que separó los labios de los labios.
Inventaremos la noche
y beberá la luna la alegría
de las fronteras derrotadas.
El muro será una cremallera
que anuda nuevamente las sílabas
para que todas juntas signifiquen
que hay pendiente una cena entre tú y yo.



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