sábado, 25 de enero de 2014

ESTA HERIDA





No me cabe el olvido en el costado,
en esta herida oscura
abierta como un río
en la piel de la hierba.
El olvido es un hueco perforado,
una hendidura cavada
para enterrar el aire
y que ignore el corazón
el vientre del oxígeno.
El olvido adelgaza la memoria,
la impregna de ceniza,
le pone una cruz en la almohada
y un mármol protector
para que no beban los pájaros
el agua disecada de las venas.
Escuece el olvido
sangrado de limones
amargos de salitre
que cuece la carne y la destruye
para que se suiciden los gusanos.
Eso es la muerte,
perder la memoria de ayer,
estrangular el tiempo
para que no supure rincones y recuerdos.
Plano el olvido
como la muerte plana.
Tú paralela postura sobre mí,
como entonces ¿te acuerdas?
en las noches caóticas de amor
girando los cuerpos como planetas sin ejes
sin más destino que el gemido de las ingles.
No me cabe el olvido en el costado.
Compártelo conmigo
para que pueda morirme poco a poco
como se muere el mar
bajo la piel de la arena.


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