domingo, 1 de diciembre de 2013

TODAVIA





Todavía no eras tú.
Estaba el tiempo
con mi soledad a solas.
Escondida, tú
en las horas anteriores
a la creación de la mirada.
Vivías en la espalda de las flores,
en el vientre de la espuma,
antes de que el mar llevara
la luna en la solapa.
No sé quién te puso la mirada en los labios
para crear el mundo en cada beso.
No sé por qué las manos
fingían caricias,
nostalgia de tacto
anteriores al volumen del perfume.
El mundo olía a ti,
cuando tú no eras tú
ni los ríos tenían
las huellas de tu planta.
Estaba el tiempo
con mi soledad a solas
presintiendo tu nombre
y la estructura futura de tu luz.
Quiero recordar que fue una tarde.
Mayo andaba colgado de los árboles,
ordenando las flores,
clasificando la alegría de las rosas.
Fuiste una epifanía
lejana como un eco de ti misma.
Aprendí tu nombre,
apellidé tus ojos.
Nunca supe a qué sabían tus lágrimas.
pero las fui besando una por una
hasta que se secaron en mis labios.


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