miércoles, 18 de diciembre de 2013

NO ERAS TÚ.



Todavía no eras tú.
Estaba hueco el tiempo,
el viento,
el espacio.
Todavía no eras tú.
Vacío sin ti,
caos infinito,
planeta oblicuo,
sin redondear,
sin eje vertebrando.
Sin jardines el aire
hasta que apareció
tu cordillera venus,
negra hierba tu selva abreviada,
tu sexo vertical,
luna menguante iluminando,
indicando el camino
a mis ansias.
Tu carne de arena,
tu vientre de espuma
pariendo mares azules.
Una molécula el mundo,
anarquía los ríos,
sin ramas el viento
donde colgar los pájaros.
Todo empezó a ser contigo.
Tú, poniendo nombre a la vida,
soñándola,
creándola.
Todo surgió porque lo amaste,
surgió todo de tu amor
mujer encinta de universo,
mujer concreta,
mujer-tú,
nombrando el mundo,
poniéndole carne al mar,
caderas a los ríos.
Y me pensaste un día,
poco a poco me fundaste,
te fuiste acostumbrando al perfil de mi boca
porque soy el fruto de tus manos,
el terminal de tus caricias.
Me hiciste cuerpo
para encontrarnos frente a frente,
para vivirnos dentro,
para rompernos la piel
beso a beso.
Ya estás tú.
Ya estoy.
Soy una dependencia de tus pechos.
Vivo colgado de tus ojos,
abrazado a tus ingles,
existiendo porque existes.
Y un día, cualquier día,
pondrás un ramo de olvido
sobre el mármol tallado de mi tumba


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