martes, 5 de noviembre de 2013

INCORPORAME



Incorpórame a tu boca como un vino,
como un ramo de uvas
con la piel perfumada
de primaveras verdes.
Trágame poco a poco
invocando un descanso en tus labios,
un sueño en tu lengua,
una ascensión al cielo de tu boca.
Llévame muy dentro,
a ese centro sin retorno
donde tú eres más tú,
donde tu vientre exige
ríos verticales
clavados en tu mar.
Incorpórame.
Créame en tu sangre de nuevo
para ser piel de tu carne,
entrañas de tu bóveda sin tiempo,
oleaje de tus pechos azules.
Déjame que hospede la mirada
en tus ojos de siempre.
Que dedique mis manos
a cosechar margaritas en tu trenza.
Desabrocha tu blusa
para que ardan tus pechos
y que el viento levante tu falda de amapola.
Implícame en la lucha de tus piernas
para alcanzar tu mar, ola tras ola.
Ahógame. Quiero morir en tu playa

con la arena y el sol y la espuma de tu boca.

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