miércoles, 9 de octubre de 2013

AYER


Vengo desde ayer,
con el amor pisándome los ojos.
Vengo desde una sombra que antecede
las pisadas sin rumbo
No sé si te busco. No sé si me esperas.
Nos vimos entonces
cuando teníamos nombre
y te llamaba ternura
y me mandabas tus labios
a la dirección exacta de mis labios
Nos conocimos cuando las fresas,
era otoño o invierno, tal vez primavera.
Aprendimos los besos
y me acostumbré a vivir en el cielo de tu boca.
Hicimos un sendero de caricias
para dar un paseo cada tarde.
Descubrí junto al río
el continente de tu vientre,
toqué tus pechos azules
y en las ingles hicieron los pájaros su nido.
Vengo de ayer a tus ojos,
de tu tiempo a mi nunca.
Vamos a unir la arena con la espuma,
el barro salado de las lágrimas
para alojar la sombra de las olas
y sentirnos fundidos en un tiempo sin tiempo.


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