jueves, 26 de septiembre de 2013

NOCHE


Una noche clavada en cada esquina.
Sombra hueca en los balcones
Colgadas y dormidas las estrellas
como pájaros sin primavera dentro.
Calles agazapadas como perros
acechando las piernas de la luna.
A lo mejor detrás de las paredes
está el tiempo bajo un arco de sables
y albergan los tejados los gatos imposibles,
ojos como puñales de los gatos
que otean gatas prostitutas.
Y los trenes lejanos como buitres
devorando horizontes putrefactos.
No hablo de amor. No puedo hablar de amor
porque alguien arruinó las camas,
puso en orden las sábanas,
empotró la lujuria, esterilizó los besos
y vasectomizó la esperanza
para que nunca brote la alegría.
Estoy sopesando la espesura
de esta noche clavada en cada esquina.
Necesito el peso exacto de las sombras
y el color de los huesos de la luna.
No puedo hablar de amor porque es un lujo
y se ha reservado el derecho de admisión.


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