domingo, 15 de septiembre de 2013

CARNE DE MUERTE



Soy carne de muerte.
Carne de mañana, sólo mañana,
sin ayer.
Carne de recuerdo,
de olvido.
Carne color sepia
en un mueble bar para gin tonic.
Carne añorada de almohada,
de gemidos ahogados,
de músculo cansado,
de besos rodando hasta tu vientre.
Carne de soledad retorcida,
de vida ahuyentada,
de vacío perseguido,
de aire malogrado.
Carne de hueso,
andamio desmontado,
piel sin tiempo.
Carne de ceniza,
polvo de crisantemo,
de mármol superpuesto
y una cruz desnuda
crucificando el viento.
Carne de eternidad sin tiempo.
Carne de nada, de nadie
después de haber sido carne de ti.
A lo mejor estás, mujer,
como cuando tocaba
tu carne erguida,
tus pechos como gritos,
tu sexo abierto a mi sexo,
tu espalda recorrida,
tu nuca, tu pelo desbordado,
enredado en la noche de lunas celosas.
Ya no recuerdo si soy carne de ti,
carne de muerte, carne de olvido.
Busco la última gruta de lo humano,
sin más pan que la ausencia
masticada en la sombra,
digerida la pena
de ser carne de muerte,
de no ser carne de ti.


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