jueves, 29 de agosto de 2013

NO ENTIENDO



No entiendo las sílabas que forman
tu nombre y tu cuerpo.
Tu carne de moléculas de espuma,
de mares diminutos
me ahogan en la hermosa cicatriz de tu sexo.
Si pudiera albergarte como una cosecha de amapolas
lograría explorar
tus ojos de tierra azul,
tus manos tejiendo inviernos,
tus pies peregrinos
hasta mi cintura.
Entendería entonces
las bocas que pronuncian
la distancia infinita
entre tu aliento y mi aliento.
A lo mejor un puente
entre tu piel y mi piel.
A lo mejor un río.
A lo mejor el viento.
La eternidad, tal vez.
La muerte, por ejemplo
y el beso entonces,
y el tacto de la tierra,
cuando seamos raíces
de otra nada viviente.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Tu bella palabra siempre.UN beso