domingo, 4 de agosto de 2013

A LA SOMBRA


Vivir a la sombra de la sombra
para que nadie distinga
el perfil de mi existencia.
Ser el que no fue nunca,
el que fue siempre,
el que supo ser y no ser.
Un anónimo para mí mismo,
un desconocido
al que me presentaron un día
y me encantó haberlo conocido.
Un desengaño
haberme encontrado
con el amor y el odio irrenunciables
que me profeso desde entonces.
Vivir escondido de mí,
sin mostrarme la cara,
no vaya a arrepentirme
de todo y de nada.
No sé, no sabré nunca,
si me odio o me amo.
No puedo preguntarme
porque tal vez me mienta,
me engañe, me disimule a mí mismo
la salvaje mentira
de estar vivo sin saber por qué, para qué.
Sólo tal vez por costumbre,
por inercia de un reloj sin memoria
que no marca la muerte.




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