viernes, 16 de marzo de 2012

LA DIGNIDAD DEL FUTURO


El mundo laboral es la ofrenda que el Partido Popular ha hecho a la patronal. Durante la campaña electoral, las voces más proféticas de los populares rechazaban el abaratamiento del despido y atacaban a Zapatero por los famosos e infames veinte días de indemnización que legisló. Pons prometió la creación inmediata de tres cientos mil empleos. María Dolores Cospedal se proclamó patrona de los trabajadores. Rajoy, Montoro, Santamaría hicieron tomar conciencia que un país con cinco millones de parados es un país llamado a la ruina, fácilmente intervenido por Bruselas, deprimido como Grecia e indigno de una reforma laboral como la perpetrada en Portugal. Habría que diversificar nuestras fuentes de producción para crear empleo y solucionar el problema más sangrante que tenemos: el paro.

Los españoles acudimos a las urnas como quien va al Cristo de Medinaceli para implorar un puesto de trabajo para el hijo, para el yerno, para la opositora a magisterio que lleva tiempo preparándose a escondidas de Wert, el destructor parido del maridaje de tertulias televisivas y FAES-Aznar. Y Rajoy, Pons, Montoso, Cospedal, Santamaría peregrinaron a la basílica de la CEOE para implorar que dispongan a su antojo y beneficio del mundo del trabajo. Bajo su jurisdicción queda el despido, la voluntad de indemnización, las bajas por enfermedad, la variabilidad de destino, la disminución salarial y todo el andamiaje construido en los convenios colectivos, en el estatuto de los trabajadores, en el esfuerzo sindical venido a menos, en capacidad recortada de huelga. Es el incienso, oro y mirra que exige Europa en nombre de la crisis, de los mercados, del déficit y de toda la parafernalia que construye Bruselas para regresar desde la Unión europea al Mercado Común primitivo.

La reforma laboral era estrictamente necesaria y urgente, dice el Gobierno, dicen los empresarios. Porque estamos en cinco millones y pico de parados y llegaremos a los seis sin demasiado esfuerzo. Necesaria y urgente. Pero sobre todo agresiva. Lo dijo De Guindos, lo preveía Rajoy a micrófono cerrado, pero abierto. La agresividad es un ataque violento. Y de ese ataque violento se siente autor Rajoy y su equipo. Y se extrañan de la convocatoria de una huelga general. ¿Alguien se puede extrañar de que el mundo laboral se defienda con una huelga al sentirse agresivamente atacado por una legislación cuyos autores aceptan conscientemente ser sujetos activos de esa agresividad?  La huelga no crea puestos de trabajo, dice Fátima-trece-de-mayo, dice Dolores-Presidenta-patrona-de-andamios-y-talleres, dice Santamaría-todopoderosa, dice Mariano-emperador. ¿Crea puestos de trabajo la nueva legislación? Según la CEOE y De Guindos se “crearán” casi de inmediato setecientos mil parados más. ¿Para qué entonces la urgencia?  ¿Para qué entonces la agresividad?  ¿Por qué entonces la negación de la oportunidad de la huelga?  ¿Para demostrar el empeño patronal en destruir ese derecho constitucional junto a la casi totalidad de los derechos de los trabajadores?




Se creará empleo a la larga. Nadie especifica la longitud de esa recta que nos llevará a la creación de empleo. Sólo se adelanta que tendrá que mejorar notablemente la economía y que entonces, sólo entonces, disminuirán las colas del INEM. Pons, María Dolores, Santamaría no necesitaban futuro. Su meta era la inmediatez. Pero todos sabemos que las promesas están para incumplirlas. Hasta los que no somos economistas-profetas sabemos que cuando fluye el dinero hay trabajo y cerveza con tortilla española los domingos y vacaciones en Benidorm en agosto.

Confieso que me preocupa la creación de empleo en el futuro. Lo deseo fervientemente como salida de la angustia, de la miseria, de la postración de millones de familias. Pero me obsesiona la indignidad que puede encerrarse en esos puestos de trabajo y que tendrán que ser aceptados bajo el chantaje miserable de ser devueltos a la niebla oscura de la desesperación. Porque en cualquier momento podrán ser despedidos, porque no podrán tener una hepatitis, porque no se podrán poner de luto el alma el día en que muera padre, porque será un escalofrío la decisión de una huelga, porque se pueden disminuir los sueldos, porque el miedo oprime, porque la estafa duele, porque el cobro por desempleo peligra, porque tanta indignidad escuece.

Cuando el futuro está tan cargado de indignidad, tal vez sea mejor no vivirlo.

4 comentarios:

Maximinimalidades dijo...

Hola Maestro rafael
El "Miedo" (que tanto rendimiento en votos da) a quedarse sin trabajo y medios, aún queda tiempo pero se superará ¡o no! cuando ya suceda "que nos quedemos sin fondos y lo sepamos" Mientras cambian estados y leyes "en arcaicas, regresando al pasado". Se superará la crisis cuando nos pongamos a "currar" en el futuro. Una forma sería siendo solidarios con el resto de los oprimidos, aunque renunciemos a ciertos lujos personales... en favor de la comunidad.

Deseo compartir lo siguiente contigo

Derecho o la “tiranía” del lenguaje.


El Derecho, el fundamento manejado esencial de los arbitrios entre los seres humanos, no podía más que tener entre sus atribuciones semánticas y lingüísticas una definición más ajustada a su razón, y por contra sería, la ausencia de este.
"Adquirida desde la antigüedad” la palabra, deriva de “La Derecha” (concordancia genérica, no existe segregación de género…) que la popularizaron los Romano en uso necesario ante el asentamiento de “sociedades evolucionadas” lógicamente unidas al Origen Divino como norma para que se entiendan los humanos sin usar “el instinto natural, fruto de innumerables encontronazos tribales, o sus particularidades” con la consiguiente consecución de sociedades reguladas domésticas.
La razón de las democracias y cultura de predominio occidental y pragmático. Úsese el resultado sistémico mundial, bogando en favor de un orden que nos inmiscuya a casi todas/os, esta ley que entronca con el carácter de especie definido a lo largo y ancho de históricos milenios “y su carácter egoísta y violento” llega a la conclusión que hay dos caminos el torcido y el recto, sinónimo de derecho. Y hasta aquí quería llegar… por lo visto no hay posible evolución en un carácter donde no sea necesario regular hasta el tiempo que nos quede en respirar, no vaya a ser que respiremos un poquito más que otros en nuestra misma situación y así perpetuado por los siglos de los siglos que solo podrán respirar demás, solo algunos privilegiados que nos servirán de guía en esta noche de aciagos infortunios donde "el tuerto es la avanzadilla del ciego"
Por extendidos asertos La Izquierda es sinónimo de siniestra y torcido, de ahí la imposibilidad de que exista el derecho en este supuesto innecesario.
La Izquierda es anatema, horroriza que El Hombre tome conciencia de su natural estado colaborador y solidario, donde “los legajos” se pueden reducir a apretones de manos o abrazos, y no en la perdida del tiempo inaplazable en lugar y forma tan dramática para muchos, diseminados y ausentes de tamaña arquitectura, desde siempre.
Asistimos invariables a la socialización de reyes y vasallos, jefes y mandados, obreros y patronos, súper ricos y pobrísimos… siendo debido con estos antecedentes a la manera en que le proponemos nombre a las cosas, actos o sucesos. En el inconsciente social se incrustan calificativos a través del lenguaje capaz de generar una conducta “educada” y duradera.
El color blanco: inmaculado, negro: oscuro, sombrío…No, la lengua no es inocente, es el motor del vehículo que nos deambula.

Maximinimalidades dijo...

He estado distraido Maestro Rafael saltádome la mayúscula primera
Un abrazo

PicoyPan dijo...

Seguramente se creará empleo a largo plazo, no por el reformazo, sino por un cambio en el ciclo económico. Mientras tanto iremos perdiendo muchas cosas por el camino y sólo nos quedará un trocito de dignidad.
Saludos.

http://gaviotasypajarracos.blogspot.com.es/

dolmonamor/ María Dolores Amorós dijo...

Mi querido amigo: ¡Cuánta barbarie y mentiras nos lanzan estxs chicxs del PP!
Ni la huelga van a permitir, como la patronal está exigiendo. Tampoco las manifestaciones. En diferentes lugares de España son llamados, al azar, legítimos manifestantes, unos condenados a pagar unas multas inasequibles, otros, a declarar ya convictos ante el juez.
Parece increible. Con tan solo cien días nos ha devuelto al pasado aborrecido.
Es importante conocer el valor de cada uno de nosotros y lo que puede la suma de todos ellos. Es una forma de combatir el MIEDO, el gran enemigo que puede inmovilizarnos.
Nada malo hemos hecho; somos víctimas, ellos, verdugos. Y esto no debemos perderlo de vista ni permitir que nos despisten con sus demagogias.
Y la DIGNIDAD, esa enorme fuerza que los que nos hurtan nuestros derechos, nuestro trabajo, y que pretenden convertirnos en sus esclavos, ésa -la Dignidad- nos pertenece a nosotros, ellos no saben qué es. Su única motivación es el dinero. ¡Qué pobres son!

Un abrazo muy fuerte, mi querido amigo.