domingo, 8 de enero de 2012

POLITICA Y PUEBLO

Para Joaquina, Manoli, Nati a las que tanto
quiero porque tanto las quise.


Los políticos que no están con el pueblo están contra el pueblo. Una democracia es tal cuando las decisiones últimas son tomadas por la sociedad. Ella es la depositaria del poder. Los políticos deben permanecer a la escucha de su voluntad para llevarla a cabo si no quieren convertirse en seudo dictadores. Y cuando dan la espalda a los electores que le dieron carta de representación, se enfrentan a quienes son los auténticos responsables de su destino.

Hace treinta y tantos años España se emancipó de la espuela militar. Por Cuelgamuros anda como un exvoto sacrílego. Exhumar su cadáver sería un acto más de valentía de una libertad que manchó de sangre las paredes blancas de los cementerios y sembró de muerte las cunetas. Se nos puso orgullosa la alegría y nos echamos a andar por los caminos anchos del futuro. Hoy elegimos a nuestros representantes y se nos llena la boca proclamando un estado de derecho, una libertad de expresión, una democracia amplia de movimientos.

Hay grupos ciudadanos que exigen “una democracia real ya” ¿Pero no estábamos en ella? Hay un grito por las aceras: “Que no, que no nos representan, que no”. Y cuando estos gritos se echan a rodar y se engrosan con adhesiones cada vez mayores, ciertos políticos tachan hasta de terroristas a esa masa que reclama lo que en cualquier democracia se debe reclamar: que sea auténtica y que los elegidos por la soberanía popular sean nada más que eso y nada menos que eso: representantes del pueblo. Porque nadie quiere ser suplantado, proscrito, arrinconado del quehacer común que nos corresponde. La democracia es la responsabilidad de la ciudadanía toda. Es una marcha hombro con hombro hacia el futuro haciendo un presente fecundo, gozoso y equitativo en libertad.

Cuando se exige una democracia real y una representación estamos despreciando la usurpación que los políticos hacen de esa democracia. Un gobierno elegido democráticamente es sólo un oyente del pueblo y un ejecutor de su voluntad sin suplantar a nadie bajo la responsabilidad de alta traición y de prevaricación. Juran o prometen cumplir y hacer cumplir la Constitución. Después meten ideologías autoritarias en sus carteras de piel y dejan fuera a los electores y a esa norma suprema que juraron o prometieron.

A los ciudadanos nos están convirtiendo en moneda y mercado. El antropocentrismo ha sido sustituido por la mercadotecnia. Y uno siente la propia dignidad arrinconada, pisoteada, prostituida. Ni siquiera es lo más grave la destrucción de la enseñanza pública, del estado de bienestar, la sanidad, los salarios basura, el egoísmo empresarial, la vejez vilipendiada, la dependencia despreciada por la dependencia sufrida. La pobreza impuesta conlleva una destrucción de humanidad. Lo que realmente le escuece a la democracia es que la destruyan en nombre de la propia democracia. Una democracia tiranizada es una dictadura encubierta, aunque a veces sea demasiado evidente ese desprecio. Los dirigentes democráticamente elegidos se convierten en dictadores de smoking y chaqué, en opresores de etiqueta que han olvidado su origen y sus promesas o juramentos.

La democracia es una responsabilidad asumida y ejercida entre toda la ciudadanía. Quien la profana arrogándose un autoritarismo nunca otorgado está situándose en la orilla opuesta al libre ejercicio democrático. Por eso es urgente tomar conciencia de nuestra dignidad como pueblo, como depositario únicos del poder y de la libertad y exigir una democracia real cuanto antes vigente y una representación que como tal consiga alzar la voz de forma valiente y decidida frente a un economicismo que vulnera la grandeza del ser humano. Las demás aspiraciones vendrán como consecuencia de ese ejercicio humanizante.

No nos representan ni son demócratas reales quienes nos roban a puñados la dignidad de ser libres.






5 comentarios:

pcjamilena dijo...

Ahora, dejadas atrás algunas décadas, es sorprendente ver a un hemiciclo puesto en pie aplaudir por más de dos minutos, al escuchar la frase: “todos somos iguales ante la ley”, pronunciadas por el máximo representante del Estado. ¿Acaso alguien no lo tenía ya claro, por no creérselo?

A santo de qué en el debate de los dos grandes partidos, habido antes de las elecciones, a ninguno se le ocurrió sacar el problema de la corrupción, teniendo como tienen personas señaladas, (aún con toda la presunción del mundo de su inocencia). Esa crisis moral, al parecer, no interesa.

¿Por qué el PSOE se hace tan de izquierdas cuando vuelve a la oposición y conseguido el poder no termina de demostrarlo?

¿Por qué el pp. Tiene explicación para todo, cada vez que incumple sus promesas que necesitó, para llegar al poder sin que su máximo representante de la cara?

Pasadas las fiestas me alegro que siga tan fuerte y transmitiéndolo, un brazo mestro.

dolmonamor/ María Dolores Amorós dijo...

"No nos representan ni son demócratas reales quienes nos roban a puñados la dignidad de ser libres"
Estas son las últimas palabras de tu artículo, amigo mío.

Y añado: Tampoco nos representan ni son demócratas reales quienes han obtenido una victoria basada en las más vil de las mentiras. Quienes han engañado a parte del pueblo, que confiado, depositó su voto en seres mezquinos.

Tampoco nos representan ni son demócratas reales quienes no tienen la valentía de asumir sus infundios al echar todas las culpas al anterior gobierno, máxime cuando prometieron que jamás harían eso.

Tampoco nos representan ni son demócratas reales quienes nos han robado y nos roban el fruto del sudor de nuestras frentes. Ellos y quienes les apoyaron en su momento, antes de verlos sentados en el banquillo.

Gracias, Rafa, por esa mente tan clara y prodigiosa.

Un beso con mi cariño.

ANRENE dijo...

¿Por qué el PSOE se hace tan de izquierdas cuando vuelve a la oposición y conseguido el poder no termina de demostrarlo? dice pcjamilena.
TOTALMENTE DE ACUERDO.
A santo de que.... 2º parrafo de pcjamilena
TOTALMENTE DE ACUERDO.

En varios comentarios en esta página yo lo había escrito,con anterioridad a fuerza de ser honesto y sincero.

TOTAL DESACUERDO con el post de MªDolores Amoros.
Rezuma partidismo, que creo ya está fuera de lugar y de tiempo. No es mejor la politica que hace el PSOE cuando está en el poder. Ojalá fuera. No hace politicas de izquierda.Ahora empiezan a decir,demagogicamente, en la oposición, impuestos para ricos cuando ellos en ocho años ni se han acordados de ellos.Hablamos de Sicav y demás.Hablamos del 10 de Mayo de 2.010.Hablamos de conciertos en la enseñanza cuando aquí en Andalucia solo han gobernados ellos durante más de treinta años,potenciándolos como en cualquier otra comunidad pepera. Venga ya.. El movimiento se demuestra andando y no con cuentitis. No, aquí en Andalucia no hay corrupción, ni ERES, ni hijos de papá comisionistas y otras cosas peores. Venga ya.
Ni que esto es un regimen de treinta años con nepotismo máximo visto por todos. Venga ya.
Los de izquierda de verdad, me enseñaba mi padre de pequeño, tenemos que tener siempre, siempre, la cara, la camisa y las manos limpias, resplandecientes. Los bolsillos de cristal y que nos conozcan por nuestros comportamientos diarios SIEMPRE en beneficio de los más débiles y necesitados.
Su lema era "trabajar para los demás es la mejor manera de trabajar para uno mismo.".
Por eso la decepción de muchos hombres de izquierda y la perdida de casi cinco millones de votantes.
Me fastidia cuando observo la poca autocritica hacia los nuestros cuando leo en este caso a Mª Dolores Amorós, .." ellos y quienes le apoyaron en su momento, antes de verlos sentados en el banquillo no nos representan ni son demócratas reales ". A quien se refiere, sólo al PP. Habla de banquillos judiciales. Por favor, ecuanimidad. La ciudadania ya no se traga esto. TODOS SON IGUALES se escucha en todos sitios. CIS 3º problema. Trabajemos los de izquierda con espiritu critico para llegar a la diferencia, que nunca nunca se tenía que haber perdido. Saludos

Maximinimalidades dijo...

La política y los políticos tienen acreedores y no es el pueblo, el paisanaje al que le piden solícitos que les voten haciendoles promesas marqueteadas, son capaces de "vender la moto con motor plastificado reluciente, pero inoperante" y así llevar a cabo la política de conciertos: concierto con la banca y altas finanzas. Al pueblo, al ciudadano corriente que somos mayoría en "democracia" se les oye pero poco se le escucha, hasta que se les inchan las pieles después de mucho aguantar. El mundo es muy complejo y "las relaciones económicas" puestas en balanza hoy por hoy pesan más 15millones de euros para encandilar a un político y su organizeichon que quince millones de personas que le voten. También hay poderes fácticos en estas democrácias, influyentes y de previo compromiso que normalmente también obedecen a los privilegios establecidos los poderosos y ricos. Luego la democrácia se puede convertir en algo banal. Lo que redime la pobreza es la oportunidad, y no la limosna, la ocultación, o la represión.Y en el momento,antes y después está la Libertad genérica "que en aras del convivir pacífico tantas veces se vulnera por razones de estado" Así que del pólítico, de los que conocemos, cada uno en su escala, rema a favor del "aparato" y su conciencia está dividida en el color de sus amores...pero realmente el peso que recae por el compromiso adquirido con los que les eligen, ¡como son anónimos fundamentalmente! no es tanto por lo que según les presionan así hacen. Como dice ANRENE de la derecha española se puede esperar tales cosas, pero de la izquierda se debe exijir otra conducta más racional y renovadora.

Maximinimalidades dijo...

Otra cosa el "populismo" que tanto a rentado a la derecha, es fruto del miedo y la desesperación en parte de trabajadores y la fidelidad de trasnochados del brazo en alto, por poca cultura democrática. Pero también por la abstención y la diversificación del resto, desencantados con la izquierda posibilista,por la inoperancia y falta de arrojos de esta, su connivencia o inivición de las corruptelas y demás, sin modelo económico gestado desde un principio como respuesta al neoliberal.