martes, 27 de septiembre de 2011

UN GOLPE DE ALEGRIA

Se hizo el agua de golpe. De repente la alegría. Ibamos sucios de inercia, de costumbre, rutina amontonada. Economía todo, todo recortes. Mercados, agencias, trichet, botín, gonzález. Congelación, desahucios, pobres paseando el hambre por las aceras. Real decreto, Decreto Ley. Alma de cartón. Corazón sin memoria de enamorado. Hombre-boletín-oficial-del-estado. Abandonado el amor, el beso abandonado en las puertas de un hospicio cualquiera por si quiere adoptarlo Bruselas o el Fondo Monetario Internacional.

Un chorro de alegría por las plazas de España. Juventud con guitarras. Viejos con una guerra en los muñones. Mujeres más mujeres con el grito independiente. Hombres por fin rebeldes haciendo esperanza. Todos como artesanos, modelando la vida como un búcaro humilde pero fresco, muy fresco, para inyectar coraje al desaliento. 15-M le llamaron porque fue primavera, renacer, solsticio de alegría, un golpe de flores en la espalda. Miles y miles, con la voz vertical, erecta como cipreses rebeldes, pero suaves como espadas de algodón. Pidieron, exigieron y exigieron y exigieron. Los golpearon, los arrastraron, los pisotearon. Pero exigieron y exigieron y exigieron. De espaldas los políticos, con ojos en la nuca por si acaso, sonriendo por encima del hombro, no se sabe si cómplices, si desprecio, si indiferencia. Pero por las noches soñaban con plazas llenas de guitarras, de viejos con guerra en los muñones. Y les entraba miedo porque a lo mejor era razonable pedir un cambio radical, necesario ser antisistema porque el sistema apretaba demasiado, porque lo siempre establecido era desestabilizante, porque el equilibrio es imposible, porque despeña demasiadas ilusiones, porque hay derechos asumidos para no cumplirlos, porque hay que amar a los pobres prefiriendo a los ricos.

La presidenta de la Comunidad de Madrid les ha tildado de “pendencieros” y “camorristas”. Los “indignados”, los “camorristas” y “pendencieros”, “abogan por un principio de democracia directa” bajo el que “se puede esconder un golpe de Estado”. Algo sabe Esperanza de golpes de estado. ¿Se acuerdan del sindicato del crimen? Ansón argumentaba que no había otra forma de derrocar a Felipe. Terrible denominación: sindicato del crimen. Trabucos enmohecidos de generalísimos amortajados. Tiene miedo Esperanza a las guitarras, a la alegría, a viejos con la guerra en los muñones. Tiene un miedo hondo a sillones hundidos, removidos por una democracia acartonada, fosilizada. Tejero golpista. Pistola negra queriendo inaugurar una negra contienda. “Todos al suelo”. Donde a lo mejor nos quiere esta Esperanza-Puerta-del-Sol-propiedad-privada.

Los políticos de hoy, no han de permitir que “la demagogia de resentidos y minorías organizadas cambie fatalmente el rumbo de la historia” Ha equiparado los movimientos populares actuales con los de la Revolución Francesa, y ha asegurado que cuando a la democracia se le añaden adjetivos como “orgánica, popular o directa, en realidad se está hablando de dictaduras” A Esperanza se le indigesta la Revolución francesa. Demasiado para su talle de marquesa a lo mejor destronada por la exigencia de una Constitución que nunca votó, porque debió pensar que era demasiado blasfema con la aristocracia y con un régimen oxidado.

Los políticos salieron del pueblo. Caminaron deprisa hasta sus sillones. Allí se instalaron y fuero dejando atrás las alpargatas, los zuecos, las albarcas de las calles. Se vistieron de Armani y alimentaron el miedo a las manchas de aceite y caldo caliente. Pero los ciudadanos están ahí. Pidiendo en las aceras. Sin trabajo por millones. Sin casas por hipotecas. Sin asistencia porque enfermos. Sin vida mujeres limpias porque los puñales, los cuchillos, las navajas. Políticos que olvidaron las manos de los amigos que pueden mancillar a los banqueros, los empresarios. Que dejaron atrás las guitarras, las hermosas utopías, las llanuras feriales de los pájaros. Tristes, miedosos, sitiados contra la pared oscura del poder.

Miedo a un golpe de estado. Esperanza asediada por muchachas con palomas calientes debajo del jersey, por chavales que cantan la libertad perdida, por viejos que llevan una guerra en los muñones. Esperanza huérfana de caminos, perseguida por unos ojos limpios que divisan a otros hombres de pie en el horizonte.

domingo, 25 de septiembre de 2011

ME ALEGRO...

Me alegro por el aire que respiras,

porque en tu boca se hace hierba buena.
Me alegro por la pena de tu pena,
por los sueños que sueñas y deliras.

Me alegro por el mundo. Cuando giras,
la luna tiene un eje de azucena.
Y porque el aire bebe de tus venas,
las cosas son verdad cuando las miras.

Sostén mujer, sostén mi primavera
en tu vientre moreno de ternura
y en tu pecho caliente y tan distante.
Mujer, quiero sentirte compañera
y morirme en la luz de tu cintura
con la conciencia limpia de un amante.

sábado, 24 de septiembre de 2011

PADRE NUESTRO

Veraneábamos en Sierra Nevada. Cerca del Hotel del Duque. Güéjar Sierra arriba. Veredas estrechas escoltadas de zarza moras. La casona blanca, por fin. Puertas grandes que nunca se cerraban. Y nogales madurando. Nogales grandes, de sombra planetaria. Se hacían los caminos al andar. Por órdenes de Machado. Y hacia donde fueras, siempre te encontrabas con Santos.

Santos era alto. Sombrero viejo marrón. Amarronada camisa. Pantalón marrón desvaído. Abarcas amplias y marrones a juego. Todo en armonía con una delgadez de espiga madura. Vivía en una choza demasiado baja para su altura de Quijote arruinado. Sin mujer. Sin hijos. Nos miraba a veces como soñando cunas. Pero nada añoraba, nos decía, porque sabía de la muerte. La muerte era como la sierra: precipicio tras precipicio. Nada a la espalda de la nada. Vacío que rebotaba el eco, sin apropiárselo. Sólo para entregarlo a otro vacío.

Verano de mulas tordas. De espigas llenando eras. Mundo de trigo girando. Siempre en redondo. Sobre sí mismo. Proyectando panes blancos para aceites dorados de merienda. Meriendas de niños ricos. Panes morenos, solitarios, de niños de Albaicín pobre.

Al atardecer nos sentábamos en la era con Santos. Sombrero. Camisa. Pantalón. Abarcas. Santos siempre el mismo. Nos hablaba de las cabras, de los cerdos que mataba por noviembre, del burro compañero de caminos. Contaba historias infinitas hasta que las estrellas se colgaban de los nogales. Mañana sería como hoy. De nuevo la era giratoria. El viento separando el grano de la paja. Aventando la tarde mientras las mulas descansan. Ladrando los perros al amigo Platero, juanramoniano y estoico.

Estaba cerca setiembre. Santos se quedaría con su soledad acostumbrada. Vendría la nieve. Cuesta abajo los fríos. Mulhacén abajo. Veleta abajo. Atropellando zarzas y nogales. “Me escondo del frío”, nos decía Santos. “Estoy acostumbrado a vivir escondido” Fue entonces cuando nos contó la historia más hermosa. Le habían hablado de una guerra. Hacía muchos años. A veces se oían tiros. Siempre pensó que serían furtivos. Pero alguien le dijo que los españoles andaban matándose. Desde entonces se escondía cada vez que oía u tiro. En un hueco del monte, como en un vientre bueno, acomodaba su postura fetal de metro ochenta. A bocajarro un día se topó con un grupo de diez o doce hombres. Camisas azules. Correajes limpios. Boinas en la hombrera. Brillantina chorreada sobre el pelo estirado. “Vamos a fusilarte por rojo” Le ataron las manos. Le vendaron los ojos y lo colocaron de frente para que intuyera su propia muerte. Mientras tomaban distancia, Santos les suplicó: “Matadme, pero antes dadme tiempo para rezar un Padre Nuestro” Regresaron las pistolas camino de la cintura. Se espesó el silencio. Y el jefe preguntó: ¿Entonces tú no eres rojo? “Yo no sé lo que soy ni me preocupa. Tal vez soy sólo marrón y quiero rezar un Padre Nuestro”

Los vio marcharse cantando, entre las zarza moras. Aquel día llevaba puestos el sombrero, la camisa y el pantalón que hoy vestía. Para siempre fue un hombre marrón que rezaba cada noche un Padre Nuestro.


viernes, 23 de septiembre de 2011

¿DEMOCRATA ESPAÑA?

Treinta y tantos años. Mañana helada de noviembre. Arias Navarro con su futuro congelado. Blanco y negro el televisor. Oscura imagen, espejo de cuarenta años sin luz, sin luna, sin sol. Arias Navarro enlutado: españoles, Franco ha muerto. De puntillas los corazones, las calles tibias de alegría, la libertad parida, emergiendo despacio, muy despacio del vientre caliente del pueblo, abierto el viento asistente, de verde quirófano la vida, contemplando el gozo recién nacido.

Militares luto brazo izquierdo. Obispos negros, pluviales negras, mitras negras, negras casullas. Orfandad para muchos. Crepúsculo de plomo. Réquiem de campanas doblando la tristeza, haciéndola pajarita volandera hasta la sierra madrileña. Amontonando granito allá por Cuelgamuros.

¿Demócrata España desde entonces? Les pudo la ingenuidad a algunos. La historia se acababa. Comenzaba la historia. Pero sin continuidad. Entre el ayer y el mañana se perdía el hoy. Treinta y tantos años. Y es bueno que caigamos en la cuenta. Que abandonemos la inocencia. Que seamos conscientes de que existe la continuidad.

El Consejo de administración de radio televisión española decidió terminar con una libertad consustancial a la democracia: la libertad de expresión. Partido Popular, PSOE, CIU, Comisiones Obreras, Ezquerra. Iniciativa de la derecha (algunos empeñados en llamarle centro). Propuso una vez más lo que hacía tiempo venía deseando. Y los demás partidos, de forma vergonzante, permitieron su triunfo con una abstención indecente. ¿Todo estaba atado y bien atado? Dos miembros, sólo dos, votaron en contra. Vinieron después las excusas inexcusables, y una vez más pretendieron hacer de la ciudadanía un ente sin capacidad para entender las pretensiones de unos y otros. Llegó el arrepentimiento, la rectificación de una izquierda que ya no es ni siquiera consciente de su derechización. Cuando escribo estas letras, sólo ha dimitido el representante de IU. A la vergüenza se suma más vergüenza. Ni los miembros del consejo se han ido a su casa, ni sus superiores de partido los han obligado a marcharse.

No lo han conseguido, pero este gusto por la mordaza nos debe alertar. El solo intento es lo suficientemente grave como para que seamos conscientes de que no podemos dar por terminada una tarea que comenzó hace treinta y tantos años e incluso mucho antes. Nunca hay que dar por terminada la tarea de conseguir los derechos que nos pertenecen. La libertad es una empresa siempre en peligro, siempre inacabada, siempre por conseguir. Es la utopía como verdad prematura.

Lo detecté hace muchos años: hay más franquistas de los que creen los antifranquistas y menos franquistas de los que creen los franquistas. No es un juego de palabras. Debemos contar con esa realidad. Hay una ultraderecha envuelta en añoranza que intenta continuamente paralizar la apertura a la que muchos aspiramos en su momento, luchamos por ella y por fin la conseguimos. Pero si soy sincero tengo que confesar que cuando escucho a esos nostálgicos concluyo para mi tranquilidad que no se corresponden con una actitud realmente política, sino que son simplemente minoristas de neuronas. De lo contrario, no entiendo ciertas posturas que todos conocemos.

Se oye con frecuencia: España es una democracia madura. No olvidemos que la democracia es un parámetro político, cuya plenitud siempre debe estar cuestionada para no abandonarnos a la tranquilidad de quien tiene terminado el quehacer. Es permanente una hechura que continuamente reclama esfuerzo.

“No la toques ya más que así es la rosa” Lo decía Juan ramón. Pues no. Esta rosa está siempre inacabada. Hay que mimar su aroma hasta que llene la anchura de una vida sin nostalgias.

jueves, 22 de septiembre de 2011

BIENAVENTURADOS LOS PERSEGUIDOS

Sartre lo tenía claro: el infierno son los otros. La maldad del mundo recae sobre los demás, nunca sobre uno mismo. Sucede también con el complejo de persecución. Los demás persiguen tu inocencia empujados por su propia perversión. Cada decisión es consecuencia del acoso ajeno. Permanece así mi virginidad existencial. Tengo que huir de los demás, nunca de mí mismo. El mundo se culpabiliza por la iniquidad ajena, no por mi inmaculada concepción.

Los políticos son proclives a endosar al mal entendimiento de los oyentes sus expresiones frustrantes por mal intencionadas o faltas de reflexión. Nunca dijeron lo que dijeron, sino que fueron malinterpretados. Ello revela la estupidez del oyente, nunca la del político de turno. En el fondo está el desprecio por el otro, la falta de fe profunda en la democracia, en la lucidez vivencial de la mayoría. Ellos salvan su ego condenando al rincón de la estupidez al auditorio.

Esperanza Aguirre es una perfecta y continua arrepentida, una conversa que rehace el camino del error. Pero sobre todo es una política-detergente: purifica la capacidad intelectual de quienes le oyeron decir lo que dijo pero entendieron equivocadamente sus palabras. Cuando dijo lectivas quería decir trabajo, cuando habló de enseñanza no gratuita se refería a los masters (aunque si se refería a los masters, la que fue ministra de educación debería saber que nunca fueron gratuitos). De globo sonda se trata, dicen algunos. De minarle las elecciones a Rajoy, mostrando el verdadero programa de su partido, dicen otros. Sea como sea, la Presidentísima sufre un patológico complejo de persecución. Ella no es la culpable de lo que dice o decide en su comunidad.. El infierno son los otros. Los sindicatos, por ejemplo, los indignados mugrientos del 15-M, los socialistas, el candidato Rubalcaba y por supuesto “los de la ceja” Todo ello dicho con una sonrisa miserable propia de Intereconomía, de Eduardo Serrano, de Horcajo o de Jiménez. Prohibido escupir, decía el cartel, pero nadie hizo caso.

Lucía Figar promete terrenos y aportaciones de dinero público a colegios religiosos privados y concertados. Y cumple su palabra. Incluso consigue que los padres que lleven a sus hijos a esos colegios puedan desgravarse 900 euros por cada hijo, aunque los ingresos familiares sean de 120.000 euros. Y para no faltar a su palabra, desnuda la enseñanza pública empeñándose además en demostrar que la resta de miles de profesores se convierte por arte de magia en suma. El infierno son los otros. En ningún momento la consejera reconoce que es ella la que hace milagros matemáticos.

María Dolores es Presidenta. Dice que los socialistas han pasado ocho años destruyendo los servicios sociales. Ella deja sin ayuda a 400 parados y suprime profesorado sin disminuir la calidad de la enseñanza. Despidos masivos. La diva del partido de los trabajadores despidiendo asalariados, porque se trata de dos horas más de trabajo. Así de simple.

Rajoy, con la conciencia política impermeabilizada, no se moja. Sus correligionarios lo hacen todo bien. Tiene miedo a Esperanza. Venera a maría Dolores. Pons ha prometido la creación de millones de empresarios y trabajadores. El pueblo está en su derecho a creerlo. Este país tiene culpables claros. Los indignados, que agredieron a los peregrinos papales, los sindicatos, los de la ceja, los socialistas y capitaneando el acoso, Rubalcaba.

El infierno son los otros. Bienaventurados los perseguidos.



martes, 20 de septiembre de 2011

LIMOSNA

Hace mucho tiempo que fue ayer. Pero fue ayer. Casi hoy. Casi presente. Los pobres eran cristianos. Mutilados de una guerra infame. Desechos de una España grande y libre. Pero cristianos. Pedían una limosnita por amor de Dios. Dos reales de cuando ayer era ayer. Una rubia. Los domingos a lo mejor un duro. Señora misal de piel. Señorito traje oscuro. A la salida de misa. Sin mirar. No hay que mirar a los pobres, aunque sean católicos, apostólicos, romanos. ¿Por qué son pobres los pobres? Lo preguntaba el niño rubio, pantalón corto azul marino, camisa blanca, bucles Antonio Torres Heredia. Porque Dios lo ha querido. Respuesta oscura como un pozo oscuro, respuesta que no es respuesta. Y el niño: ¿por qué los ricos son ricos? Porque Dios lo ha querido. ¿Dios lo quiere todo? ¿Los ricos van al cielo? Claro que sí. ¿Y los pobres? No lo sé, hijo. Los pobres siempre deberían ser pobres. No pueden dar dinero para erigir sagrados Corazones en nuestros montes, ni construir iglesias, ni sostener la fe y ayudar a los negritos. Los ricos lo damos todo por nuestra patria cristiana, anticomunista gracias a nuestro caudillo. El niño “cortó limones redondos y los fue tirando al agua hasta que la puso de oro”

Hace mucho tiempo que fue ayer. Madrid sucia por culpa de los pobres. Lo dice Ana Botella, alcaldesa in pectore junto a Aznar, mayorista de Murdoch y minas de oro. Se limpian las ciudades de pobres porque viene el Papa blanco, porque el Presidente, porque el Alcalde. Siempre estorban los pobres. No sabemos dónde ponerlos, qué hacer con ellos. Los echaron de sus trabajos, los echaron de sus casas, los dejaron sin ayudas sociales. Van quedando pocos ricos, y son tan inmensamente ricos que no pisan las calles. El deportivo, el jet privado, las boutiques rodeadas de guardias de seguridad, los bancos blindados, las cámaras vigilantes que registran los besos, las caricias, los senos temblorosos de la miseria que también tiene sonrisas, manos amorosamente preocupadas por unos labios calientes. Pobres enamorados sin casa para ejercer el amor, el escalofrío del encuentro íntimo.

Hace tiempo que fue ayer. Los bancos han prescindido de muchos asalariados de corbata y mocasines. Quedan los ejecutivos, más pobres también. Jubilaciones millonarias pero menos. Sólo para que vivan tres generaciones más. Fueron generosos dando hipotecas y ahora los miserables no las devuelven. Venden las casas desahuciadas al doble de precio de su tasación y ganan, pero se deprecia el oficio de la usura. Patrocinan la visita del Papa por puro altruismo privándose de tres viajes en jet, de cuatro rolex-capricho. Los gobiernos arriman el hombro al pontífice para que otros le den una limosnita. Los ricos van al cielo porque arreglaron un campanario, lo poblaron de cigüeñas que trajeron niños-para-el-consumo-de-préstamos, segunda casa en la playa con Rajoy exculpándolos de sus riquezas, liberando patrimonios de millones fugitivos, de sicav imposibles de explicar.

Están los países sentados a la puerta de un capitalismo roto. Pidiendo limosna en las puertas de los botines, los gonzález, los trichets. Un rescate por amor de lo que sea, pero un rescate. Para atender enfermos, pobres de vida, pobres ente los pobres. Para oxígeno, para una cama blanca de hospital, para las farmacias de María Dolores, los interinos de Esperanza sin esperanza, para quienes alargan la mano pidiendo un cachito de futuro. Países que piden porque han perdido la dignidad de exigir, por los apaleados en nombre del orden y la normalidad, porque siguen plantado utopías en la vida, por los que no esperan el cielo porque aman el tiempo, el mundo, la alegría.

De rodillas estamos. Las manos en la nuca, sin derechos, despreciada nuestra indignidad, nuestra rebelión. En una puerta cualquiera, pidiendo, mutilados, perdidos entre el lujo de unos cuantos, la vida hecha pedazos en las esquinas del viento.



viernes, 16 de septiembre de 2011

VOTO REFLEXIVO

La democracia es un sistema de responsabilidad compartida. Todos debemos contribuir a su caminar porque todos somos cooperantes de su plenitud. Desentenderse de la aportación del propio esfuerzo para delegarlo en los políticos es un error que pagamos muy caro. La democracia soy yo, y tú y tú. Nunca fue un regalo. Entre todos la trajimos a este mundo y todos debemos acunarla, siempre recién nacida, hacia la cúspide. En el fondo la democracia es amor, preocupación por el bienestar del otro, esfuerzo solidario para que la comunidad en su conjunto viva en libertad, en justicia distributiva y en derechos igualitarios. Es aquello de igualdad, libertad, fraternidad.

Están próximas unas elecciones generales. Los cuatro últimos años del partido en el gobierno le han llevado a una derechización indiscutible. Serán los mercados, Merkel, Sarkozy o la estafa creada por los poderosos de la tierra. Los pobres siguen siendo inocentes, aunque a ellos se les carguen, como siempre, las consecuencias. La historia marcha sobre sus hombros. Encima van las multinacionales acaparadoras de los alimentos básicos, los bancos, usureros de gomina y jet privado, los explotadores que construyen sus propias pirámides. Muchos atribuyen a los empresarios la creación de riqueza cuando en realidad son los trabajadores los que la producen. El empresario no es el que da de comer a veinte familias, sino que son veinte familias las que permiten el lujo del empresario para el que trabajan. La partícula “para” es muy significativa. Y mientras el capitalismo no subvierta el orden seguiremos viendo cómo todos trabajamos en beneficio de unos pocos.

Hubo elecciones en Mayo. En ningún programa figuraba desguazar la educación, la sanidad, los servicios sociales. Cuatro meses después, emerge la privatización de todos ellos. Cuando se privatiza un servicio, se convierte conscientemente en un negocio con la consiguiente pérdida de derechos y su falta de calidad. Se han despedido profesores, se cierran centros de urgencia y ambulatorios, se pide a los facultativos que frenen los ingresos de pacientes y que se den altas en el mínimo tiempo posible, se deja de pagar a las farmacias, se suprimen sindicalistas liberados, se ignora a los dependientes, se donan terrenos y aportan fondos públicos a confesiones religiosas que imponen un retraso mental (sí, retraso mental) por anti histórico a sus alumnos. Piénsese en Comunión y Liberación (Lucía Figar), en los Legionarios de Cristo (una denominación anticristiana si paliativos) en el Opus, modelo de un clasismo descatalogado, etc. Estas elecciones han tirado abajo derechos que han costado muchos esfuerzos conseguirlos. ¿Votaríamos hoy, ante la evidencia de los resultados, lo que votamos en Mayo?

A nadie asusto con la llegada de la derecha al poder. Pero urge pensar, reflexionar y sacar conclusiones. Los políticos son un problema para la ciudadanía. Lo dicen las encuestas. Es cierto que no despejan con su acción la situación que vivimos. Pero que nadie se escude en ellos porque todos somos responsables, por nuestra propia desidia en contribuir con esfuerzo que se nos exige. Hay que repetirlo: la democracia es el resultado de la aportación de todos. Y además, que nadie saque la conclusión de que todos los políticos son iguales. Si así fuera, deberíamos abolir los partidos y clamar por una dictadura que nos imponga por las armas lo que debemos hacer y nos relevara de la responsabilidad d sentirnos hacedores de nuestro futuro. Desanima oír esta afirmación con frecuencia. No es así en absoluto. Unos nos meten en una guerra ilegal y otros nos sacan de ella. Que cada cual recapacite sobre diferencias.

No se trata de pedir el voto para la izquierda, despreciando la legitimidad de la derecha. Más bien se trata de que cada uno reflexione su voto seriamente para no tener que arrepentirse inmediatamente después de las elecciones de lo sembrado en las urnas.

La democracia somos todos. La libertad es una oferta interior que nos interpela. Sólo falta que la amemos con la profundidad que sólo el amor sabe para convertirla en la amante enamorada de la soledad que somos.






miércoles, 14 de septiembre de 2011

CRISIS O COARTADA

Allá, por dos mil ocho. Asomaba la crisis. Elecciones en España. Triunfó Zapatero frente a un Rajoy con enfisema electoral. Silencio sobre aquella criatura que nos nacía de las hipotecas basura. Las grandes entidades financieras la habían calculado al milímetro. Estaba bien diagramada, como el hambre, como las guerras. A la historia sucia de los banqueros le falta espontaneidad. En la maqueta de los bolsillos puede verse la realidad posterior. Quebró la vida como estaba previsto. Temblaron los ricos, aunque sabían que todos les echarían una mano porque sin ricos no podemos seguir viviendo. Y apareció la crisis en todo su esplendor.

Vinieron los grandes visionarios y las visionarias soluciones. Hay que refundar el capitalismo. Los reunidos estaban de acuerdo aunque se hacía señales por debajo de la mesa. El capitalismo, como sistema de explotación, no puede ser refundado. Desembocaría en el mismo delta que el presente. Tal vez un cambio estético. Ni siquiera un eufemismo en una época tan dada a ellos. Ya no existen viejos, sino tercera edad. No hay obreros, son trabajadores. No existen jefes, son ejecutivos.

Existe la crisis. Está ahí, ahogando, triturando, amortajando a los de siempre. Se venden más coches de lujo. Se desahucia de sus viviendas todos los días a cientos. Hay que fiar el pan, la leche, el aceite. Como en aquellos tiempos. Los pobres no tienen para el bonobús. Los ricos se desplazan en porsche. Los bancos recibieron millones, y sanearon sus cuentas. Embargan a quienes les deben veinte mil euros de hipoteca y reparten grandes cantidades entre sus puestos directivos. Mi amigo médico me decía: “sólo quedan las armas” Y yo: no, querido, todavía nos queda la palabra. Me da miedo saber quién tiene la razón.

Y a la crisis le nacieron los recortes. Por estricta necesidad. ¿O por coartada? . Es insostenible el estado de bienestar. Lo proclaman algunos con cierta sonrisa interior porque en el fondo ven desmoronarse algo con lo que nunca estuvieron de acuerdo. El estado de bienestar no es un regalo de los gobiernos. Es algo parido generación tras generación. La Constitución española aprobada por todos -¿por todos?- impuso a los gobiernos el deber imperioso de promoverlo como derecho de la ciudadanía. Y si queremos cumplir el mandato constitucional, ninguna autoridad puede suprimir ese derecho. Por supuesto el estado del bienestar se recorta o suprime para los pobres.

La crisis-recortes está ahí. Admitámoslo. Admitamos suplir el cinturón por los tirantes. La liposucción no es un adelgazamiento por igual. Afecta sólo a aquellas zonas corporales que no son vitales para seguir en el camino. En el cuerpo social se podrán retocar muchas zonas, pero nunca la enseñanza, la sanidad y los servicios sociales.

Privatizar es cambiar un servicio por un negocio. La diferencia es clara. Cuanta menos enseñanza pública haya, más posibilidades tendrá la privada. Cuanta menos asistencia sanitaria se preste, más ganancias en la cuenta de resultados de quien lleve la gestión y más necesidad de las coberturas privadas. Cuantos menos servicios sociales más ganarán las empresas que los presten, aunque sea a más alto precio.

La derecha, por una convicción liberal de la economía, siempre ha abogado por dejar en manos privadas lo público. El mercado se regula solo, dicen. Y ese mercado regulado por sí mismo nos ha traído la crisis que tenemos y que aplasta a los más necesitados. Es verdad que también la izquierda ha privatizado, pero nunca servicios esenciales. Sí la derecha. Madrid, por ejemplo, tiene encomendada la gestión hospitalaria a empresas privadas. Regala noventa millones de euros a la enseñanza privada y desgrava a las familias que lleva a sus hijos a esos colegios. Lucía Figar regala terrenos para la construcción de colegios privados y promete fondos públicos para su mantenimiento. Mientras tanto se despide a multitud de profesores. Igualmente a castilla La Mancha. En Baleares se eliminan liberados sindicales, con lo cual se estrechan los controles de la gestión. Y así en todas las comunidades donde ganó las elecciones el Partido Popular.

¿Crisis o coartada?

domingo, 11 de septiembre de 2011

SE VA PARA BARRANQUILLA

Eran noches de vinilo. Noches de luna negra y encuentros. Giratoria y redonda “la noche noche nochera” Tiempos de existencia negra, de baile al son de un disco negro, invento último de una negra época. Pick-up de aquel entonces. Cuando Franco, Solís, Fraga Iribarne. “Se va para Barranquilla, se va el caimán, se va el caimán” Inocente la cancioncilla aquella. Prohibida. Algún censor interpretó que el que se iba era Franco. Y la vetó. Hubo que archivar el vinilo circular. Nos pisaron el alma. Tumbaron noches de amor. Nos arrancaron el primer trago de vino y sexo. Y dejó de sonar cuando el NODO ensalzaba las virtudes del dictador y adorábamos todos al fundamentalista de El Pardo

Se reirán los jóvenes que lean este artículo. Bienaventurados los que pueden sonreír porque de ellos será el mundo. Se acordarán algunos con pena en el costado. Costó lágrimas, silencio, mucho silencio, porque el compañero no era compañero, era a lo mejor un chivato, un político social, un amigo-enemigo, camisa azul, correaje brillante como las botas del general-generalísimo. Costó saltar las fronteras huyendo de perros perseguidores, adiestrados en venganzas, en calumnias que costaban cárcel, pan y azúcar moreno. Todos desconfiábamos de todos. Nadie era prójimo. Llevaban charreteras y desenfundaban pistolas negras, muy negras, de la época negra y el vinilo.

Fraga estaba allí. Albacea de la España una, grande y libre. Dueño-heredero de la calle. Impasible el ademán. Dicen que le cabía el estado en la cabeza. Pero en el centro de esa cabeza estaba la guardia mora, amparando al detector de las hordas judeomasónicas, al caudillo católico-apostólico-romano, bendito por los siglos de los siglos. Puerta del Sol convertida en calabozo humillante de quien se atrevía a pensar, a soñar una España diferente, abierta como una madre pariendo libertad. Fraga estaba allí, abortando el perfume de una vida inventada, caliente como un pan de pueblo áspero, prohibiendo canciones sencillas, en el pick-up sabático de algún baile enamorado, multando los besos de los parques, castigando los pechos acariciados en la esquina de una noche de luna llena.

Fraga se va. Colaboró –es verdad- a implantar la democracia. Pero cuando la democracia ya estaba aquí. Por ella lucharon Felipe, Santiago, Pasionaria, Camacho los que murieron frente al anonimato de una tapia blanca, los que fueron enterrados en una tierra sin nombre. No. Fraga no luchó por la libertad.

José Bono, el que por fin también se va, el que nunca supo dónde estaba, el que nunca supimos qué pensaba, mitad socialista mitad Fidalgo-sindicalista-aznarista, le ha enviado una carta al “patriota de bien” porque "sería mezquino hurtarte el reconocimiento que merece el trabajo que has hecho a favor de la convivencia y de la construcción de una España en la que quepamos todos, sin sectarismos ni exclusiones". Y le da las gracias por haber colaborado "a que llegase la democracia" a España, por haber trabajado "para que los extremismo se encauzaran en medida muy relevante". Lo encomienda a “Dios, camino y vida en el que ambos creemos” Lo dice Bono.

Creo profundamente en el ser humano y en su conversión. También en el viraje político. Y admito el cambio, sincero o estratégico, de Fraga. Pero no puedo admitir que este último reducto del franquismo luchara y contribuyera a la llegada de la democracia.

Se va Bono, injertado de frases comunes, de un cristianismo ornamental, de repeticiones por sabidas carentes de sentido. Me alegro. Ojalá alguien le escriba una carta llena de verdades, sin anestésicos, literaria y brillante.

Se va Fraga. La historia archiva vinilos, calabozos, calles-propiedad, besos castigados, abrazos separados por una censura inhumana. Me alegro también. La libertad termina triunfando. Fraga se va haciendo un brindis desde la sombra sombría de aquel ruedo negro. A lo mejor las compañías de disco la ponen otra vez de moda: “Se va para Barranquilla…”

jueves, 8 de septiembre de 2011

LA NOSTALGIA DE LOS MUERTOS

Hace un año que ETA se está tragando su odio. Se encuentran zulos con la muerte quieta, enterrada, con raíces de cipreses creciéndole en la boca. Aplastada, sin el eco ronco de las pistolas. Hombres y mujeres por la calle, sin el miedo en el costado. Tranquilidad creadora de quien apuesta por la lejanía de los cementerios, por funerales de campanas mudas. Se ha hecho geranio la alegría en los balcones vascos, en la España sufriente cincuenta años ya, arropando el cariño a los que fueron, los Blancos, los Ordoñez, los guardias de tricornio acharolado. La alegría mirando escaparates, serena por los parques, haciéndole recortes a los toros viejos de Osborne.

Un año sin luto en las banderas. Sin ríos a media asta. Sin minutos eternos de silencio. Sin llanto madres, novias, hijos. Disfrutando el amor como una primavera. Pariendo futuro con matronas nestlé, chupetes de caña dulce, baberos de media luna. Sin muertos. A lo mejor para siempre. Sabemos poco de la muerte, incluso los que la tuvimos durmiendo en la almohada en un hospital cualquiera, en una noche cualquiera. Sin muertos. Un año. Como si el tiempo nos hubiera renacido entre las manos, como una resurrección de tumbas rotas. España en crisis, pero alegre. Parados, muchos parados, pero alegre. Con hambre de hogares pobres, pero alegre. Porque la crisis, el trabajo, el pan se soportan mejor con la alegría de la vida.

Hay a quien le duele el año. ¿Porque no tiene muertos? Parece. Es duro, muy duro, pero parece. Angeles Pedraza, La Gaceta, Intereconomía aseguran que este año ha sido peor en lo referente a ETA que cuando ETA mataba. A Angeles (hermoso nombre) se le supone un esfuerzo por velar por los que fuimos víctimas. Fuimos, sí, fuimos. Porque sentimos morirnos un poco con cada bala disparada. Porque a todos nos desnucaron el alma. Todos fuimos sangre inocente derramada. Todos estamos bajo tierra con los que están bajo tierra. Todos formamos esa asociación de víctimas. Y Angeles debería estar al frente de todos los que sufrimos la parte alícuota que nos corresponde. Pero ella está en contra de un gobierno que en un año a detenido a 47 terroristas, ha inutilizado zulos destinados a la tortura, ha desenmascarado pistolas con gatillos apretados. Y sin embargo afirma que este año ha sido una victoria para ETA, más victoria que cuando mataban. Porque Bildu, porque Sortu, por no sé cuántas absurdas razones más. Y unidos a ellos ciertos medios de comunicación, o de enfrentamiento, de añorantes reunidos en tono a los “caídos por Dios y por España”, adoratrices de golpes de generales vitalicios. Para derrocar a un gobierno tenemos las urnas. No necesitamos mesías de plasma y tipografía. Huele el odio programado, a cosecha negra y putrefacta. Rencores acumulados, fumigados en el salón de cada casa.

¿Es posible ser honrado y escribir ciertas editoriales? ¿Puede ser compatible presidir la asociación de víctimas y añorar muertes de los que están a tu lado?

Todo es posible. También el mañana, el horizonte, la fe en el hermano, el camino que se hace al andar. Porque existen los que ven en un niño la resurrección de la especie, los que hacen de su vida una huella donde pisa el futuro, los que han convertido la espera en esperanza.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

NADIE ME REGALA FLORES

Soy un sentimental, lo confieso. Y me alegro. Porque el sentimental guarda el ayer como una infancia nunca perdida, nunca expulsada del paraíso del tiempo. El mañana hay que hacerlo, hay que trabajarlo para que no se convierta un puro porvenir. Porque el porvenir es inercia, pura inercia de minutos digeridos sin masticar, sin degustar el zumo que revitaliza el mundo.

¿Qué a qué viene esta confesión? Porque se va a León. A su chalé presidencial de nuevo rico. Con su mujer de la cintura. Hijas góticas de Obama negro. Románicas novias de blanco. Pero hijas. A su chalé con piscina. Flores para regar de madrugada. Noches de música y libro. Footing por las mañanas. Con menos guardaespaldas. Con menos ETA en los talones. Por la Castilla dura de montes y tierna de espigas tiernas. Ex-para-siempre-siempre. Apellido estrenado, no comprendido, no asimilado. Es lo que hoy es. La equis escuece. Remite siempre al pasado. Como si ya nunca pudiera llegar a ser. Esposada la historia. Enjaulada en la lejanía brumosa que fue. Ex presidente. Jarrón chino, que dice Felipe. Para decorar a España, barnizar el recuerdo.

Se sentó en su chalé de nuevo rico. Hoy nadie me regala flores. Preguntarán las encuestas dentro de unos años. ¿Sabes quién es José Luis Rodríguez Zapatero? Le suena a la señora que sale del Corte Inglés. Al que terminó la caña con tapa de cacahuetes. No sabría decirle. ¿Un actor tal vez? ¿Tal vez un presentador? Y el joven: ni idea.

Soldados de madres-llanto, de novias sin besos hondos, traídos desde una guerra injusta. Mujer maltratada, pero con derechos. Homosexual de la mano de su pareja. El dependiente en silla de ruedas empujado por un sueldo legal desde hace años. Parados de cuatrocientos euros-pan-y-aceite. Terrorismo enmascarado en su vergüenza, envolviendo el orgullo de las balas. Los grandes ladrones de la historia labrando miseria, pobres de guerras perdidas, parados, muchos parados, quietos e inmóviles como muertos. De rodillas ante Bush, ante Merkel, ante Botín y González. Trichet atornillando cuando faltaba poco para marcharse a su chalet de nuevo rico y piscina. Toxo y Méndez a lo lejos, como Nicolás Redondo y Camacho con Felipe. Memoria histórica para que los muertos no se queden tan solos, acunados en el nido caliente del recuerdo. Lo que quise hacer. Lo que hice. Lo que soñé. Lo que pude. La utopía. La miseria del quehacer egoísta que prohibe el paraíso.

Con el sueño perdido en los jardines de Moncloa. Se levantó a las diez esa mañana en su casa castellana. Austera, pero cómoda. Por el jardín el frío de enero, su primer enero de Reyes Magos tratados sin protocolo-Zarzuela Los periódicos. Un plante sindical por la privatización de un hospital. Esperanza suplanta a Mariano. Cospedal. Primera de La Mancha. Rubalcaba despachando con el Rector Gabilondo. España recortada como los soldaditos de mi niñez para pegar en el album. Quise hacerla más hermosa. Fue más hermosa. Aunque al final triunfó aquel huracán calculado, bien calculado de los bancos desbancados. Les inyectamos dinero, aunque ellos habían inyectado miseria. Miles de españoles arrojados de sus casas. Puentes superpoblados de desahuciados. Cartilla de racionamiento casi. Como cuando Franco. Dicen que todos terminamos pareciéndonos. Mentira. Mentira de algunos historiadores, de algunos medios de comunicación, de algunos magos indecentes. Yo soy yo, demócrata, ciudadano, pueblo.

Al final fue el final. Vivo en mi casa de León. Junto a Sonsoles hermosa. Padre prójimo. Tomando café en algún bar cercano. Se está bien en el olvido. Es tibio como un beso de madre. Reconfortante el olvido en mi chalé de nuevo rico. Sigo siendo España, país, ciudadanía. Algún día sabrán que fui lo que pude ser, como todos. Como el del bar, el albañil, el aparejador. Soy pueblo. Me gusta ser pueblo, hacer pueblo. Procuré inculcarlo siempre, pero los bancos, la Merkel, el Sarkozy, el Rajoy, la crisis, las reformas…

Voy cumpliendo años. Un día seré viejo. Ex-presidente. Para siempre-siempre. Gozo y tristeza de ser lo que fui, aunque ya nadie me regale flores.



sábado, 3 de septiembre de 2011

CARETA


El Partido Popular ha manifestado siempre su aspiración a ser un partido de centro. Aspirar entraña una lucha por llegar a ser. Pero sus dirigentes nunca han desarrollado una acción ni un esfuerzo por conseguirlo. En su largo camino, nunca consumado, han ido identificándose con la extrema derecha de antigua raigambre y con esa nueva extrema derecha que todos los días hace gala de su condición de tal. No hay más que ver su continua presencia en medios de comunicación como Intereconomía y los aplausos que recibe de un periódico, La Gaceta. Ambos medios predican su orgullo de ser de derecha. Lo de “extrema” prefieren ocultarlo, pero lo incluyen. Aunque personalmente pienso que una extrema derecha como la que ostentan estos medios se descalifica a sí misma como vacía de contenido intelectual, porque no acuden a argumentos serios, sino que se nutren de descalificaciones pueriles. El médico Dávila contribuyó a mejorar la sanidad arrepintiéndose de su carrera, aunque vino a infectar el periodismo con sus aportaciones desquiciadas. Y ahí tenemos las tertulias, con generales, sociólogos, periodistas e invitados diarios del PP.

Ese partido centrista y centrado ganó las elecciones del 22 de Mayo en gran parte de las Comunidades y Alcaldías de España. Mis respetos para los elegidos porque así lo ha querido el pueblo. Pero debemos vigilar nuestra democracia después de ese triunfo. Que nadie asuste a nadie con la llegada de la derecha. Pero debemos posicionarnos ante actos y posturas manifiestamente regresivas.

En Catalunya CIU ha emprendido unos recortes en sanidad y en ayudas sociales  que ha puesto en pie a varias poblaciones y estamentos de la sociedad. En Galicia, Madrid, Castilla La Mancha, Valencia, etc. estamos contemplando con escalofrío  que el futuro está gravemente amenazado. Despidos masivos de profesores, sanidad privatizada, aportaciones multimillonarias a la enseñanza privada, farmacias al borde del colapso. Y Mariano Rajoy asegurando que esas medidas son las que hay que tomar y que habrá que esperar otras más duras. ¿Hay que hacer recortes? Sin duda. ¿Aplastando el estado del bienestar? No. Los españoles hemos sido pisoteados durante cuarenta años y cuando por fin nos hemos librado de la bota militar nos encontramos con el regreso a la miseria. El enfermo es el ciudadano más pobre porque tiene en vilo su propia vida. Y se ataca a la sanidad que tiene en sus manos la existencia de ese enfermo. Lo entregamos a manos de unos cuantos que sólo harán negocio. Sanidad y negocio encierra una confrontación con ventaja clara para el dinero. Y se ataca frontalmente el futuro de un país cuando no se invierte en educación. El futuro brota en las escuelas y universidades. Sin ellas nos despeñamos hacia la marginación europea y mundial.

El Partido popular critica, y a veces con razón los nacionalismos catalán y vasco. Pero desvía la mirada cuando un alcalde promueve un homenaje a Primo de Ribera dedicándole la plaza, como en un pueblo conquense. O se organiza un acto en honor “a los caídos por Dios y por España” en un pueblo toledano con participación incluida del ejército. ¿No piensa el Partido Popular que esto significa  construir en el presente un fascismo que creíamos superado? ¿Es esta la libertad de expresión que tanto costó conseguir? ¿Es posible que un partido sin duda democrático, llamado a gobernar España en su momento, comulgue con decisiones que nos retrotraen a la oscuridad de un golpe de estado, de negros recuerdos  asesinos? 

Y junto a ciertos cargos elegidos del Partido Popular habría que preguntarle a la Jerarquía de la Iglesia por qué no exige que se excluya el nombre de Dios en semejantes homenajes. ¿O es que sigue añorando el sacrílego matrimonio con una infame dictadura? ¿Persiste la complicidad sacrílega de sotanas y uniformes? ¿Es nuevamente El Pardo la sede desde donde se impone por decreto el nacional catolicismo? ¿Son estos mandatarios los nuevos héroes que implantarán una cruzada santa? ¿Tendrá la Jerarquía preparados los palios para pasearlos por las calles adoquinadas de amargura?

Convendría ahora que todos nos quitáramos la careta. Cada cual en su sitio. Con claridad de amanecer. Con tallos de luz erectos. Sin un Dios de derechas. Sin una derecha con dioses manchados. Trasparentes como el cuerpo hermoso de una primavera.

viernes, 2 de septiembre de 2011

JOSE LUIS RODRIGUEZ, PESIDENTA

El Presidente Zapatero decidió un cambio en la Constitución sin convocar al pueblo a un referéndum. La gran mayoría del Partido Socialista ha justificado la ausencia de ese referéndum en la urgencia que nace de la situación económica. Era urgente dar confianza a los mercados para tranquilizarlos e inspirar confianza. En Bruselas, el Presidente dio una razón más, y tal vez la definitiva: Angela Merkel puede dar seguridad interior a su propio país si Zapatero marcaba por la vía de urgencia un techo de gastos tanto del propio gobierno central como el de las autonomías.

Europa fue mercado. Definición grosera esa de mercado. Fue unión europea más tarde. Más elegante el nombre. Pero bajo la finura de su denominación está la podredumbre del dinero, del mercado de feria, del euro-moneda-igual-para-todos. La unidad basada en el dinero es una contradicción. Las guerras hoy no son por el honor de una dama, sino por el cuerpo contrahecho del dinero. Se mata por dinero, se hacen guerras por él y por él se ejerce el dominio sobre los demás pueblos. Zapatero pasó gran parte de su primera legislatura esperando el apretón de manos de Bush como administrador de la primera potencia del mundo. Y ha pasado esta segunda legislatura pendiente del amor-odio de Angela Merkel.

Europa no es aquella comunidad que todos ingenuamente esperábamos. No hay una distribución equitativa del poder. Cada país no es un voto. El dúo Mekel-Sarkozy se divide el reino mitad por mitad con una ligera ventaja para la Canciller. Alemania, es cierto, ha aportado mucho dinero para la reconstrucción de los nuevos países que entraron a formar parte del club europeo. España sabe mucho de esto. Felipe González, aquel pedigüeño según el profeta Aznar, supo sacar ventaja de las aportaciones germanas e hizo de España un pueblo moderno abriéndolo al turismo y poniéndonos a nivel europeo. Pero Alemania canjeó aportación económica por poder y hoy tenemos que espiar sus movimientos para adecuar los nuestros, mimetizando posturas para no desentonar de sus preocupaciones.

Europa se postra en oración cuando Francia y Alemania se reúnen. Mandan los mercados y mandan estos rectores. Y los demás tendremos que hacer lo que nos manden so pena de ser castigados con la amenaza de un rescate inminente de la economía. Europa no es una unidad fiscal, ni económica, ni social, ni política. Europa es un conjunto de países sometidos y bajo las órdenes de Francia y sobre todo de Alemania. Fue el apretón de manos de Bush. Es el beso amoroso de Angela.

Si la pérdida de soberanía incluyese una real unión europea se daría por bien empleada. Pero cuando la pérdida es simple sumisión todos deberíamos revelarnos contra un matrimonio incestuoso entre países supuestamente hermanos.

Aquí, en el mandato imperial de Merkel, hay que buscar la ausencia de un referéndum para el cambio constitucional. A ella le urge esta modificación. La Constitución, como la guerra, es algo muy serio dejarlo en manos de los políticos. Se nos llena la boca con el término “ciudadanía” Pero se le da esquinazo al pueblo cuando de obedecer a otras instancias se trata.

El Partido Popular ha contribuido a lo largo de toda la crisis económica al desprestigio de España. El paro y la problemática económica han sido los puntos de apoyo para llegar directamente a la Moncloa. Aznar, encumbrado a los altares por Mariano Rajoy, se ha encargado de calumniar al gobierno en cuantas ocasiones ha tenido. Al servicio de Murdoch, ha ido pregonando por el mundo la debacle a la que nos ha conducido el gobierno socialista. No se ha ruborizado en ningún momento de denigrar al país del que fue Presidente. Aznar, el de la mirada torva, no se ha avergonzado de colocar a España siempre al borde del precipicio. Ahora es Zapatero quien se abraza al Partido Popular, preñado de FAES, de Aznar y de gürtel.

Alemania manda. Un beso encierra una infinita ternura o una traición lorquiana de puñales. Que nadie crea en la homosexualidad de nuestros mandatarios. Ni hermafroditismo siquiera. Coyuntura tal vez simplemente

A sus órdenes, Dña. Angela. Se presenta José Luis Rodríguez, Presidenta.



jueves, 1 de septiembre de 2011

PASADO MAÑANA, ESPAÑA

Lo repite con frecuencia el metafísico Ministro Gabilondo (qué lujo de Ministro): “Invertir en educación es caro, pero es mucho más caro no invertir” Y aquí topamos con la cortedad de miras de políticas de educación bajo la dirección de Esperanza Aguirre o María Dolores Cospedal. Ambas justifican enormes recortes en educación con el pretexto de la crisis económica y la ruina heredada en Castilla la Mancha del Gobierno de Barreda.

3.000 profesores serán despedidos este curso en la comunidad de Madrid. A ellos hay que sumarles los 2.500 del año pasado. Se pedirá al profesorado que permanezca en sus puestos dos horas más de clase para suplir los despidos. Las consecuencias no se harán notar en absoluto, argumenta la Consejera de educación y Empleo de la Comunidad, Lucía Figar.

Los 3.000 profesores que serán despedidos evidentemente sobraban en cursos anteriores. De lo contrario, nadie puede pensar que no se echarán de menos en este curso y sucesivos. Los políticos minusvaloran la capacidad de comprensión del pueblo que los ha votado. De lo contrario la Señora Figar no pretendería que entendiéramos que el número de despedidos, sumado al del curso anterior, no conformaba un superavit superfluo si ahora no se va a echar en falta su ausencia. Se ahorran millones en educación pública, pero se aportan 90 millones a la educación privada. ¿Se hunde el estado de bienestar por una crisis económica sin precedentes o por decisiones políticas más propias de un estado totalitario que de una democracia? ¿La educación para quien se la pague? Los que hace poco eligieron a Esperanza Aguirre como Presidenta de la Comunidad deberían preguntarse si realmente la votaron para que protegiera la educación impartida por congregaciones religiosas, por el Opus o por los Legionarios de Cristo, dejando en la cuneta la educación pública. Esta educación dejada en manos privadas es la simiente de revueltas históricas, dolorosas y sangrientas, de las que ya tenemos experiencia como pueblo.

El Partido Popular adelantaba que si Cospedal ganaba las elecciones a la presidencia de Castila la Mancha, sería el espejo donde los españoles podríamos adivinar cuál sería el camino que seguiría su partido si llega a gobernar España a partir del 20 de Noviembre. Pues ya hay alguna pista clara: recortará ampliamente el campo educativo alegando, como su Secretaria General, la crisis por la que estamos atravesando y el mal estado de la economía a la que nos ha llevado el gobierno de Zapatero. Cospedal cae frecuentemente en la misma tentación. Acusó, aunque nunca probó ni denunció, los pinchazos telefónicos ordenados desde el gobierno contra miembros de su partido. Acusó a Rubalcaba de dar órdenes explícitas para investigar al Partido Popular. Acusó a los Jueces de encarnizarse con el caso gürtel y miembro de la Comunidad valenciana. Se revolvió contra una periodista de TVE por exigirle respuesta en lugar de evasivas. Y ahora se esconde detrás de Barreda para justificar en el caos económico heredado, la necesidad de recortar el número de profesores, añadir dos horas lectivas para docentes de Infantil, Primaria y Secundaria y la urgencia de suprimir 33 de los 34 centros de formación del profesorado. Se sube el sueldo a los asesores y altos cargos de Presidencia, no se paga a las farmacias colaborando así a la destrucción de la sanidad pública y se recorta de forma sustancial la educación. Volvemos a la pregunta: ¿Se hunde el estado de bienestar por una crisis económica sin precedentes o por decisiones políticas más propias de un estado totalitario que de una democracia?

Que cada cual saque sus conclusiones y exija pensando en lo que puede ser España mañana y pasado. No abdiquemos de nuestra responsabilidad en la construcción de un país que heredarán nuestros hijos y nuestros nietos. Mañana y pasado mañana, España será lo que responsablemente hayamos conseguido que sea.

La conferencia de rectores lo ha dejado bien claro: “Sin apostar por la educación seremos la playa de Europa”