martes, 17 de mayo de 2011

BLANCO Y NEGRO

¿Nombre? Dominique Strauss-Kahn. ¿Raza? Blanca. ¿Estado? Hundido en la propia vergüenza. ¿Profesión? Dinero, mucho dinero. Todo el dinero del mundo.

¿Nombre? No tengo nombre. Nadie me llama. ¿Raza? Negra. ¿Estado? Despeñado por la desvergüenza de otros. ¿Profesión? Tristeza, mucha tristeza. Toda la tristeza del mundo.

Blanco y negro. Ambos esposados. Entorno sórdido, maloliente. Borrachos vomitando su necesidad de olvidar. Mujeres teñidas, muslos sin huellas de cariño, carne barata de mercadillo en crisis. Esperan a un juez con prisa. Hay que confesar el delito ante ese dios de toga negra. Si no perdona irán a la cárcel. Allí se juntarán todo el dinero del mundo, toda la tristeza del mundo, todos los muslos prostituidos del mundo, todos los vómitos del mundo.

Confieso que me impactó la visión. Parecía un cementerio. El mundo entero echando paletadas de tierra encima, de odio encima, de venganza encima. Es fácil condenar sin preguntar, sin tratar de comprender, sin saber las raíces vitales del acusado. Qué triste que la justicia sea ciega. Nunca podrá ver la luz íntima que ilumina cada vida, cada existencia. No podrá perderse por los rincones del alma, por el paisaje de los adentros. Ciega la justicia como los que manchan la posible inocencia con tierra, con odio, con venganza. Nosotros estamos exentos. Somos mejores. Incapaces de desear a una camarera de hotel. Hermosa ella. Carne joven ella, con una sonrisa que envuelve al mundo en alegría, con pechos capaces de crear la primavera. Pero nosotros somos mejores.

Mejores que el negro que ha robado pan y chocolate para ver si se le duerme la tristeza entre dulzura. Para ver si alguien lo llama por su nombre aunque no tenga nombre. Para ver si él es él, aunque le marquen las esposas las muñecas. Nosotros comemos pan con chocolate y bombones rellenos de licor agridulce y nos llamamos María Jesús, Rafa, María Dolores o Pep.

Unidos por las manos esposadas.. Dominique Strauss Kahn y el negro sin nombre. Cada uno ignora quién es el otro. Presidente del Fondo Monetario Internacional. Chaval de barrio sin barrio. Desarraigado. Sin patria, sin dinero y sin nombre. Francés uno. Sin patria el otro. Aspirante a la Presidencia de la Francia elegante. Deseando conseguir una manta para el frío, el infinito frío de un pobre al aire libre.

Dicen que treinta años, que setenta para el administrador del dinero del mundo. Se le llenó la cabeza de testosterona. La entrepierna cerebral se excitó en la suite de tres mil euros la noche. Sábanas finas de hilo, pero solas. Bañera con sales-juventud, pero solas. Caviar con champagne francés, pero solo. Y ella retirando el desayuno. Y ella preparando la sauna. Y ella poniendo flores en un jarrón para iluminar la vida del dinero del Fondo Monetario. El, todopoderoso, él, dueño y amo de la riqueza del mundo, él también tenía derecho sobre ella. E impuso su título de dominio y quiso dejar clara su posesión. Ahora está junto a un negro, frente a un juez. Treinta años, setenta. Alguien le tiene que hacer comprender que es uno más en la fila de los pobres del mundo, esperando turno para un plato de caldo con un pedazo de pan.

Confieso que me impresionó. No quiero conocer el fondo monetario del mundo. Prefiero perseverar en la humilde tarea de edificar un pensamiento letra a letra. De amar la tierra pobre como aquel negro sin nombre, solo, muy solo con su mochila de tristeza.


4 comentarios:

Red Kite dijo...

Algunas consideraciones, antes de condenar a Strauss-Kahn sin más que la versión oficial:

-Aunque fuera cierto, intentar abusar de una camarera es peccata minuta comparado con los crímenes que acumula en su historial el FMI.

-Casualmente, S-K iba a ser el rival de Sarkozy en las elecciones de 2012 y estaba, según las encuestas, mejor colocado que el ala-pivot de la derecha francesa.

-No hay que descartar que el perfil de S-K fuera demasiado europeísta para los intereses norteamericanos del FMI.

-También casualmente, los cargos contra S-K son los mismos que se esgrimieron contra Assange, el de Wikileaks.

-En Europa tenemos otros degenerados confirmados, como Berlusconi, que siguen libres y coleando y además hacen gala con insultante prepotencia de su vergonzosa impunidad.

pcjamilena dijo...

“Ahora está junto a un negro frente a un juez…” Si ahora comprende que es uno más. ¡Menudo chasco! Alguien, dirá aquello de: “que me quiten lo bailao”. Otros darían todo el oro del mundo por evitar tamaño sonrojo. Pero el mundo seguirá con sus distingos de ricos y pobres y se cumplirá aquello de “nadie escarmienta en cabeza…”

Maria Escalas Bernat dijo...

Me gusta muchísimo su manera de escribir.
En cuanto al tema, en este blog he encontrado una visión interesante:
http://www.elblogsalmon.com/entorno/que-oculta-la-detencion-de-dominique-strauss-kahn

dolmonamor/ María Dolores Amorós dijo...

Preciosísimo artículo, amigo. Consigues una incisión mayor en la desvergüenza de este sujeto atacándole de forma tan bella.

Al margen del 'problema' de Strauss-Kahn, es una auténtica obscenidad el lujo que suele rodear a tipos como éste, con 3.000dólares por noche en una suite, cuando hay tanta y tanta gente muriendo de hambre.
Si esto es lo que el partido socialista francés tenía en la recámara para hacer frente a Sarkocy, tenemos derecha para tiempo.

Un abrazo con todo cariño.