sábado, 26 de febrero de 2011

LA ETERNA JUVENTUD DE LAS PISTOLAS

España sabe de lutos. De brazaletes negros en el alma. Nos hemos despertado muchas veces descolgando las lágrimas guardadas para ponerle llanto a la mañana. Voz metálica de radio anunciando la sangre descorchada, la vida sorprendida bajo un tricornio negro, con el pan caliente entre las manos, cigarrillo y café bar de la esquina, casa cuartel reventada de niños sin colegio para nunca. España sabe de lutos, silencios, manos blancas. Y de penas envueltas en rosas sobre féretros. Muertos camino de tierras andaluzas, extremeñas, entre olivos, gallegas de mares altos, pariendo madres-dolor, novias solas, muy solas, orfandades con babys de bichy cuadros pequeños.

Nos duele la memoria, el recuerdo de anónimos amigos, de sangre compañera de esfuerzo día a día. Escuece el músculo truncado de tantos y tantos de la mano hacia la mañana limpia de la paz, de la palabra, injertados de futuro, de utopías fecundas capaces de segar adoquines para encontrar el mar. Y el recuerdo se vuelve hueco de pasado, de tumbas de amores crucificados, de tumbas simplemente con muertos boca abajo.

Fernando Savater es filósofo y académico y articulista y conferenciante. Debe ser muy serio filosofar. Serio hasta el aburrimiento, la desgana, hasta el abandono ontológico. Algunos se van dejando, olvidando de la vida, del amor, de los labios cargados de besos, de la existencia injertada en la existencia provocando la vida colgada de la vida. Escribir “libritos y ser académico” es, según Savater, caer n la indigencia. Sólo eso le quedaba tras la dictadura franquista. Sin Franco el aburrimiento se tornaba metafísico o la metafísica se volvía aburrimiento. Insostenible el dinamismo vital sin una dictadura que llevarse a la cabeza.

Menos mal que apareció el terrorismo salvador. Gracias a él, Savater se mantuvo “activo y metido en política” y gracias a él “se ha divertido mucho” Tiene sus cosas malas: hay amigos que se quedan por el camino. El filósofo y académico Savater no está enfrentado con el terrorismo (algo que creíamos algunos bien pensantes). “No solamente no estoy enojado sino al contrario. Casi lo agradezco porque me ha dado 15 ó 20 años de juventud” “Gracias al terrorismo he podido mantenerme un poco vivo, activo y metido en política, haciendo actividades de joven”

D. Fernando siempre ha luchado –esto lo tenemos claro- contra el Partido Nacionalista Vasco porque durante mucho tiempo ha venido “engañando a media España” No hay que hacerle caso ahora como tampoco se le hacía antes. El PNV sólo ha sabido dar malos consejos y debe pedir perdón al igual que Batasuna. Testigos de esta visión “joven” del filósofo y de su antinacionalismo vasco son Telecinco y Europa Press.

¿Y si el gobierno de Zapatero lograra el fin de ETA? Mayor Oreja no concibe esa posibilidad porque cree en la fidelidad societaria de Zapatero y en la de ETA y no desean ninguno un divorcio que rompiera la unidad que forman.

Pero sobre todo sería preocupante la desaparición del terrorismo porque Savater envejecería muchos años hasta verlo momificado en el aburrimiento más degradante. No le quedarían fuerzas para luchar contra el Partido Nacionalista Vasco. Hace bien Rubalcaba –es un sabio consejo de Jaime Mayor- en seguir trabajando codo a codo con la banda. Será más fácil así entregar España a los separatistas y sobre todo mantendremos la eterna juventud de Fernando Savater.

ETA, tan repudiada, tan odiada, tan temida, tan vilipendiada, resulta ser un antioxidante, crema revitalizante anti age, loción rejuvenecedora para después del afeitado.

2 comentarios:

Antonio Rodríguez Rubio dijo...

No me he podido sustraer a dejar un breve comentario a este lúcido artículo.
De poder haber ido a la universidad mi hija, hubiera estudiado filosofía pura. Lo que ella y yo ignoramos es que para poder filosofar se necesita tanta muerte.
Mi querido y admirado maestro:
Como usted apunta, a España le sobran muertos.
Un abrazo y salud.

Red Kite dijo...

Aplaudo y hago mío su discurso, profesor. Son palabras lúcidas, brillantes y preciosas. Una bocanada de aire cuerdo en la tempestad de necedades que agita nuestra política. Su perspicacia sobrecoge y desgarra, y su dominio del idioma nos empequeñece a los demás hispanoescribientes. Reciba mi más sincera felicitación. Qué saludable sería que más voces como la suya salieran cada poco a la palestra. Ayudaría a colocar en su lugar a esas mesnadas de pit bulls amaestrados que acaparan los telediarios y las tertulias con su feroz y unísona cantinela neoliberal. A esos que para demostrar, repiten y para discrepar, ofenden. Qué bien nos vendrían más como usted.