sábado, 18 de septiembre de 2010

EL ROJO TAMBIEN DESTIÑE

Pusimos de rojo el alma, la piel y hasta el aliento. El agua de los ríos. Los montes de Edurne-mujer-de-altura. Magnolias, jazmines, azucenas, novias blancas de claveles preñadas de amapolas. Hasta la sangre monárquica, sospechosamente azul, fluyó con un rojerío republicano de futuro. Hace poco, muy poco. Campeones del mundo. Un derroche de pueblos adoptando hijos, besando los besos de Iker-Sara para una cosecha de alegría. Almudenas, Macarenas, Morenetas, vírgenes que colocaron el balón en los pies de Iniesta. Copa enarbolada ante un mundo arrodillado. España olvidada de crisis sistémicas, sustituyendo el PIB por el producto interior de la esperanza, INEM anulando el paro de cuatro millones de hambres. Zapatero-rojo abrazado por Jefes de Estado rojos. Rojos Obama, Berlusconi, Merkel. España roja. Tan roja que despertó las sospechas de las gaviotas blancas. Rojigualda, mejor. Sabe menos a Pasionaria, a Carrillo, a Llamazares.

Sarkozy expulsando gitanos por gitanos. Le sobran churumbeles en la grupa morena de las madre. Los pobres se mezclan mejor con otros pobres. Y si delinquen, y si matan y si roban, todo queda en ambientes de miseria. Se percibe menos cuando la víctima está hundida en la pobreza. El Estado soy yo, se dijo. Europa soy yo, dice este salva mundos actual. Pero Europa se revuelve y pone por delante su apertura fundacional. Cuando los comerciantes europeos convierten en clientes a Rumanía y Bulgaria, tienen que aceptarlos en su totalidad. Nadie puede explotar el derecho de admisión. Nadie puede excluir a los pobres de Alemania, de Italia, de España, que también los tienen. Parece mentira, pero los tienen. Y son nuestros, hechos por nosotros. Está el chabolerío creciendo a las afueras de toda ciudad importante, de todo destino turístico. Los pobres están siempre como conciencia viva de la injusticia, de la avaricia, de los valores del occidente cristiano. Los pobres son el grito contra la anestesia brillante de palacios y avenidas, de residuos tóxicos engendrados por el bienestar y el lujo. Sarkozy deportando. Olvidado de sus orígenes. Es Presidente de Francia porque a sus padres no los expulsó la fraternidad de su país. EE.UU tiene un Presidente negro porque América no cerró sus puertas a la inmigración africana. La historia de los países se resume (y España no lo puede olvidar) en haber sido dominada y en haber sido dominante. Los aviones franceses del destierro tal vez, sólo tal vez, no sean trenes llenos de judíos. Pero son el vómito de los ricos que no soportan la pobreza atravesada en la garganta

La Comisión Europea se enfrentó en la más absoluta soledad a Sarkozy Por eso, como señala El País en su editorial del día 16, resultó sonrojante el “apoyo que la mayoría de líderes de la UE reunidos en el Consejo Europeo, que optaron por un diplomático pragmatismo de bajo vuelo” Y a ese pragmatismo se unió también vergonzosamente Zapatero. Como resalta Enric Sopena en su articulo de El Plural del día 18, “daba la impresión de que el presidente español cerraba filas con otros líderes europeos, en su mayoría conservadores, para proteger a Sarkozy y sus acciones de castigo contra los gitanos. Algo similar se vivió no hace demasiado en Italia –en la Italia de Berlusconi, claro– y también en esa coyuntura Zapatero optó por mirar hacia otro lado o tocar, digamos, violines”

Antonio Pérez Tapias, diputado socialista, tacha de "penosas" las "alabanzas unánimes" de los líderes europeos al "cinismo" de Sarkozy. Y esta postura coincide con las expresadas por Juventudes Socialistas. Zapatero debe pensar. Y debe pensar el Partido Popular con Alicia en vanguardia, rociando gasolina, sembrando fuego imprevisible en Cataluña. El PP no sólo respalda a Sarkozy, sino que le pide ayuda para su propia campaña xenófoba. Calentar votos sobre las ruinas de la pobreza es beberse a chorros la miseria.

Con qué rapidez se transita del rojo glorioso al sonrojo vergonzante.

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