martes, 28 de septiembre de 2010

BLANCA Y RADIANTE

No llego a tiempo. 29 de setiembre, huelga. Escribo el 28. No importa. Las citas con el amor no siempre son en punto. Desde hace unos días los dirigentes sindicales han mostrado la necesidad de una huelga general que demostrara que la ciudadanía no está de acuerdo con las reformas económicas y laborales que últimamente ha tomado el gobierno. Toxo, Méndez y Rouco Varela son concientes de que el paro, el retraso en la edad de jubilación, el abaratamiento del despido y la casi libertad de hacerlo a antojo del empresario que presiente un decaimiento de su empresa, afianza a los jóvenes en el desempleo, atasca el futuro de los “viejos” despedidos a los cincuenta años y favorece que los trabajadores con una antigüedad laboral sean relevados por contratos de bajos salarios.

Toxo y Méndez son viejos conocidos. Rouco también. Pero hay una diferencia notable. Estos sindicalistas dan la cara corriendo el peligro de que se la partan. Rouco es más prudente. Asegura no tener conocimiento de la llamada que ha realizado el Consejo de Laicos de la diócesis de Madrid impulsando la movilización contra el gobierno. El estaba en maitines, pidiendo a Dios por la salvación de las almas, porque lo humano como unidad de existencia no le preocupa, intercediendo por la purificación de los homosexuales, implorando misericordia para los abortistas, mendigando mayores subvenciones para el próximo viaje papal, suplicando más aportaciones del estado para el sostenimiento de tantos báculos y anillos pastorales. Los laicos. Han sido los laicos. Muchos católicos "se preguntan qué hacer, les gustaría participar pero no saben cómo hacerlo, para no sentirse manipulados", afirma el organismo del Arzobispado de Madrid. Es admirable que estos laicos (bendita sea tu pureza y eternamente lo sea) sean tan inocentes que no saben cómo poyar una protesta en pro de los trabajadores. Saben cómo protestar contra Bibiana ministra porque encumbra a la mujer y le reconoce el derecho a decidir sobre su cuerpo. Saben cómo increpar a Zapatero por permitir la felicidad de amar a quien se quiera amar. Saben alzar la voz para gritar que la muerte digna va contra un calvario sin eutanasia, contra la investigación con células madre para dignificar la existencia o mitigar el dolor, saben legitimar el sufrimiento de los toros frente al aborto. Pero (bendita sea tu pureza y eternamente lo sea) ignoran cómo participar en la defensa del obrero. Y por supuesto no quieren ser manipulados. Ellos, demócratas en sus estructuras eclesiales, corresponsables en las elecciones de sus jerarcas, acostumbrados a la horizontalidad democrática de sus opiniones, no permitirán ser manipulados.

"Es el momento de implicarnos en política: momento de la preocupación y de la responsabilidad por los demás. Nuestro compromiso asociativo, sindical y político es más urgente que nunca", afirma el Consejo de Laicos. Se pretende conseguir una "regeneración democrática", para que "la exigencia de rendir cuentas al pueblo por una representatividad que hemos dado y han perdido, sea permanente y no sólo cada cuatro años, sin compromiso alguno", Por lo visto es el Consejo de Laicos de Madrid quien otorga en exclusiva la representatividad democrática a un gobierno surgido de las urnas. La Jerarquía está acostumbrada a bendecir a salvadores como Videla, Pinochet, Franco, y por inercia se creen en la potestad de aprobar o demonizar a los elegidos por voluntad ciudadana.

En el fondo se sienten superiores, incapaces de encarnarse en el pueblo, de ser prójimos de viaje, habitantes de la misma tienda plantada por el Jesús del evangelio. Necesitan distinguirse, ser casta pura e inmaculada La solución está clara: “llevar el día 29 algún elemento distintivo de color blanco, para que libres de presiones externas, podamos expresar visualmente a todos los demás nuestra protesta pacífica en cualquier lugar en que nos encontremos y sintamos la cercanía de todos los que, como nosotros, lleven un distintivo blanco".

Toxo, Méndez. Rouco, ángeles sindicalistas. Huelga blanca y radiante.

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