viernes, 3 de octubre de 2008

LA VERGÜENZA DE RAJOY

Aquel 11-M España amaneció chorreada de sangre de hermanos. Española, rumana, marroquí, argentina. Sangre mestiza florecida en las ramas del amor. Sangre para siempre sangre de muertos. Y sangre en silla de ruedas con la muerte para siempre a media asta. Vergüenza de Rajoy integrante de un gobierno sacudiéndose culpas, repartiéndolas entre enemigos políticos. Atocha, urna infinita de sangre hermana.

Jak 42. Sangre uniformada. Sangre con estrellas y galones. Sangre rasa de novios de la muerte. Sangre blanca de muchachas viudas para siempre, con nostalgia de amor primero todas las primaveras. Muertos en el aire cuando ya regresaban. Y se fueron porque equivocaron el camino de la rosa de los vientos. Vergüenza de Rajoy tapando caritativamente a Trillo.

Vergüenza de Rajoy manchando a un gobierno elegido democráticamente poniendo en duda esa legitimidad. Echándole en cara los muertos de ETA. Arrojando cadáveres de muchachos ecuatorianos un treinta de diciembre. Brindando con la alegría de bombas electorales.

Le cortaron al mar las venas. Prestige. Hilillos, dijo Rajoy. Espadas y puñales negros dijeron las olas de Galicia. Todavía le duele el chapapote entre las manos.

Aplausos, risas, jaleo español, mientras se adueñaban ilegalmente de Irak. Como quien prepara la muerte de miles de muertos. Pies descansados sobre la mesa oval. Camaradas de una trinidad blasfema. Presidente Aznar mintiendo al pueblo. Fabricando armas de destrucción masiva. Envolviéndolas en celofán brillante Rajoy para dulcificar cadáveres iraquíes.

Vergüenza de Rajoy presidiendo manifestaciones. Del brazo de Iniestrillas. Sonriendo a Losantos. Participando en el mercadillo de penas de Alcaraz. Haciendo víctimas a las víctimas para empujar su sangre contra el gobierno.

Vergüenza de Rajoy que no sabe plantear más que cuestiones absurdas en cuanto pretende abandonar el terrorismo. Vergüenza de Rajoy que no sabe qué hacer si ETA no mata. Vergüenza que necesita una copa de sangre para digerir la historia.

La vergüenza de Rajoy que maltrata la palabra porque no cree en ella y prefiere las pistolas, las cárceles, la justicia. Rajoy no tiene fe en la palabra y por eso no terminará nunca con el terror de nadie. En democracia a las pistolas se les hace frente con la palabra. Nadie podrá matarla porque no tiene nuca.

Vergüenza de Rajoy que aspira a la Presidencia de un gobierno que se asienta en la búsqueda de derechos sociales. Rajoy apostata de la homosexualidad, de la mujer, de la investigación. Porque camina del brazo de una Iglesia anclada en la ley y olvidada del amor.

Vergüenza de Rajoy que dice que la muerte de militares en misión de paz es una vergüenza porque él no entiende el lenguaje de la paz.







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